Jóvenes, sin estudios y magrebies: así son los presos yihadistas en España

    • Decoran sus celdas con versículos coránicos, visten de acuerdo a su creencia y siempre hacen proselitismo con presos de condenas cortas.
    • Hay 81 terroristas islámistas en cárceles españolas, de los que 19 son mujeres. Además, hay cinco menores de edad.
Detención de yihadistas
Detención de yihadistas
Reuters

2015 ha sido un año de éxitos en la lucha contra el yihadismo. El Servicio de Inteligencia de la Guardia Civil y, sobre todo, la Comisaría General de Información de la Policía Nacional han arrestado a más de 50 terroristas en más de una veintena de operaciones.

A pesar de estar diseminados por toda España y de no conocerse entre sí, una gran parte de los 81 radicales islámicos comparten una serie de características que les distinguen del resto de presos comunes.

Así, la mayor parte están casados y con hijos, tienen poca formación, son de Argelia o Marruecos y no tienen antecedentes penales.

Por otro lado, el 80 por ciento tienen edades comprendidas entre los 25 y los 35 años, es decir, se trata de personas jóvenes que, en muchos casos, son la primera generación de inmigrantes que llegan a España. En eso se diferencian de los presos yihadistas de otros países del entorno como Francia o Reino Unido.

En estos países la mayoría de presos islamistas son en su mayoría representantes de la segunda o tercera generación de inmigrantes con intereses diferentes a los de sus padres, que básicamente tenían una necesidad económica.Decoran sus celdas con versos del Corán

Además, preso islamista español viste en la cárcel ropa de acuerdo con sus creencias islámicas, se dejan crecer la barba y llama la atención el perfecto estado de las uñas de sus manos, que pese a todo lucen callos, igual que en la frente, debido al rezo, una forma común de detectar a posibles radicalizados. También portan un 'tasbih', un objeto parecido al rosario para dirigir sus oraciones.

En sus celdas casi nunca falta un Corán y suelen estar decoradas con frases de ese libro sagrado para el Islam. Es más, hace poco, un interno yihadista acudió al Tribunal Constitucional para protestar debido a que sus horas de rezo siempre se veían interrumpidas por la obligación de hacer la revisión de celdas y recuento de internos.

A la hora de hacer proselitismo en prisión, una de las actividades a evitar por parte de la Administración, estos presos nunca se interesan por personas que tengan largas condenas pendientes, sino por aquellos que cumplan penas no superiores a los tres años y que puedan salir libres pronto con instrucciones de continuar sus actividades radicales en el exterior, incluyendo alguna acción terrorista.

En la mayoría de los casos, los presos islamistas carecen de formación académica. A muchos de ellos se les puede considerar incluso analfabetos y la mayoría no habla español, sino árabe o francés.Ocho de cada diez presos yihadistas son extranjeros

De los 81 presos islamistas repartidos por las prisiones españolas, sólo 19 tienen una sentencia de condena firme mientras que hay 62 en situación de prisión preventiva. En cuanto al modo de estancia en prisión, hay 15 en primer grado (aislamiento), tres en segundo grado (el régimen más común) y uno con régimen mixto al tener una condena firme y otra causa pendiente de juicio. Sólo están clasificados los internos ya condenados.

Ocho de cada diez presos yihadistas son extranjeros, siendo Argelia y Marruecos las nacionalidades más comunes, seguidos de sirios y pakistaníes. Tres de cada cuatro estaban en España en una situación regular, es decir, españoles, nacionalizados o con permiso de trabajo.Mujeres que siguen a los yihadistas por amor

A la hora de hablar sobre la radicalización experimentada por las 13 mujeres (un 16 por ciento) se puede trazar un paralelismo con los primeros años de ETA cuando se daban casos de mujeres que se unían a la banda por amor a alguno de sus miembros y se veían arrastradas.

Si bien hace años Madrid era la ciudad en la que se daba más presencia de elementos radicales, ahora se producen el doble en Cataluña sin obviar la presencia en la Comunidad Valenciana y Andalucía. También en Ceuta y Melilla.

No solo eso: 186 presos están acogidos al plan contra la radicalización violenta en las cárceles impulsada por el Ministerio del Interior, quien se ha mostrado partidario de separar a los internos yihadistas en distintos módulos de la prisión.

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Al dato de los 81 presos islamistas hay que sumarle otros cinco menores de edad con expedientes de reforma abierto. Tienen entre 14 y 17 años y son tres chicas y dos chicos. Fueron detenidos cuando se preparaban para viajar a Siria o Irak para unirse a grupos yihadistas. Dos de ellos están en libertad y sólo uno cuenta ya con sentencia firme. Los otros cuatro esperan su sentencia para principios del año que viene.

La mayoría de ellos procede de orígenes humildes. Sus familias reaccionan a su extremismo de tres formas: sorpresa, indiferencia, o apoyo dado cuando son familias muy radicalizadas.

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