Brufau urge a La Caixa pactar su relevo con un veto explícito a Rivero

  • El presidente de Repsol concede la paz social e irse sin hacer ruido a cambio de tener voz y voto en el nombre de su sucesor y en todo el proceso de relevo. Eso sí, el elegido debe ser independiente y la fecha límite para el traspaso de poderes, la Asamblea de abril.
Ruth Ugalde / Enrique Utrera

Antonio Brufau ya tiene asumido que no dará la batalla para quedarse en la presidencia de Repsol YPF. Pero tampoco está dispuesto a marcharse por la puerta de atrás, ni a dejar que Sacyr Vallehermoso, primer accionista de la petrolera, con un 20,01% del capital, se haga con todo el control.

Por eso ha pedido a La Caixa, segundo peso fuerte de la compañía, con un 13% de las acciones, que acelere la búsqueda de su relevo...con tres condiciones: pactar el nombre del elegido con La Caixa y Sacyr, decidir los plazos hasta su salida, y que los candidatos no se identifiquen con Luis del Rivero, ni con la constructora que preside. Quiere que sean profesionales con un perfil independiente.

Dicho de otro modo, Brufau no quire, bajo ningún concepto, que su salida suponga el desembarco inmediato de la constructora en Repsol. A cambio, ofrece la ansiada paz social, es decir, irse sin hacer ruido, con un relevo ordenado y sin una voz más alta que la otra.

Pero esto tampoco significa que la constructora quede fuera del guión. Al contrario, el proceso normal sería conseguir una terna avalada por Sacyr y La Caixa, dársela a conocer a Brufau, y que éste dicte el corte definitivo. Un primer proceso que todas las partes quieren tener resuelto cuanto antes, aunque el paso de poderes definitivo se ralentice hasta la Asamblea, prevista para el próximo mes de abril.

La hora de firmar el armisticio

Sacyr lleva meses pidiendo la salida de Brufau y la búsqueda de una nueva cúpula, a cuyo frente Luis del Rivero ha prácticamente asumido que no estará. En cambio, las puertas sí están abiertas a modificar el esquema actual de presidencia única por una bicefalia, con un presidente y un consejero delegado.

Este modelo permite un mayor reparto de poderes, o protagonismos, y facilita llegar a un acuerdo, al haber más sillones para el reparto. De hecho, según las fuentes consultadas, éste puede producirse en breve, incluso en cuestión de semanas. Algo prácticamente necesario para poder cumplir un guión ordenado de traspaso de poderes.

El primer round llegará este miércoles, durante el consejo ordinario de mes de Repsol. Una reunión de trámite, según todas las partes, pero, sobre todo, la primera vez que se verán las caras en el máximo órgano de administración de la petrolera Brufau y los tres representantes de Sacyr -Del Rivero, Juan Abelló y José Manuel Loureda-, desde que estos últimos dieran plantón al presidente hace dos semanas.

Aunque el orden del día sea de trámite, resulta difícil imaginar que nadie tocará, dentro del debate, el plan estratégico -Sacyr volvió a pedir por carta su modificación en el consejo de su ausencia-, ni el incremento del dividendo -para compensar la rebaja del 19% sufrida en diciembre-, ni las negociaciones a tres bandas para pactar la salida de Brufau.

El segundo round llegará el próximo mes de febrero, para cuando todos los implicados quieren tener resuelto el nombre del o los sucesor/es y en cuyo consejo el dividendo ya estará sobre la mesa, porque los resultados de 2009 se habrán cerrado definitivamente.

Con estos deberes hechos, algunas fuentes apuntan que no debe descartarse algún cambio en el plan estratégico, ya que satisfaría tanto las ambiciones de Sacyr, como la posibilidad de que Brufau dejara escritas las líneas que deberá seguir su sucesor, consciente de que tarde o temprano la constructora conseguirá su objetivo de rebajar las inversiones, actualmente cifras en 33.000 millones.

Además, todos estos acuerdo deben ser relativamente rápidos, porque paralizar la gestión de Repsol hasta la junta puede tener consecuencias muy negativas para la compañía. En cuanto Sacyr y Repsol presenten la terna y Brufau esté de acuerdo, habrá fumata blanca, porque el todavía presidente de Repsol también ansía frenar el desgaste personal que supone esta guerra.

Algo parecido ocurre con el plan estratégico y el esquema que seguirá Repsol cuando Brufau se marche: mejor tenerlo claro cuanto antes.

Mostrar comentarios