Bruselas presiona a España para que se comprometa a subir el IVA el 9 de julio

  • La caída de la recaudación ha desatado todas las alarmas, porque pone en riesgo el cumplimiento del déficit. Para evitarlo, Europa quiere que España acuda a la reunión del Eurogrupo del próximo mes con las subidas de impuestos que le está pidiendo bajo el brazo. Para forzar a Rajoy, tiene en su mano que en esa fecha es cuando deben firmarse las condiciones del rescate a la banca. Favor por favor.

Ruth Ugalde/Alex Medina R.

Ultimatum. Así podría definirse la postura que ha adoptado Europa con la política fiscal española, sobre todo, con el IVA. Cansada de pedir a nuestros sucesivos gobiernos que endurezcan este gravamen, Bruselas ha encontrado en el rescate a la banca la moneda de cambio para doblegar al Ejecutivo.

Tanto, que ha dicho al Gobierno de Mariano Rajoy que acuda a la reunión del Eurogrupo del próximo 9 de julio, en la que se firmará el memorando de la ayuda financiera al sector financiero, con todos los deberes hechos.

Y éstos pasan por modificar el IVA, elevando los tipos reducidos y eliminando el amplio abanico de exenciones; subir el resto de impuestos indirectos, con el céntimo verde de la gasolina en primer lugar; y poner coto a las deducciones, especialmente la de vivienda.

"Bruselas ha dejado claro al Gobierno que el 9 de julio tienen que meter la subida del IVA, ese día deberán presentar en el Eurogrupo como se va a cambiar el impuesto, porque hace falta un acelerón en la recaudación después de cómo se ha desplomado en los primeros cinco meses. Y, si la recaudación cae, se pone en juego el objetivo de déficit, y Europa no va a permitir eso", señala una fuente conocedora de las conversaciones de la Comisión.

Caída de la recaudación

Al Gobierno se le están desmoronando las principales vías de ingresos y si no entra dinero en las arcas públicas, no habrá forma de cubrir los gastos y el déficit se desboca.

Según confirmó ayer el Ministerio de Hacienda, la recaudación total de impuestos en los cinco primeros meses del año es un 4,2% inferior a la de 2011 cuando el objetivo contemplado por los Presupuestos Generales (PGE) era incrementarlos en un 4,3% en todo el ejercicio. Es decir, ya van ocho puntos de desviación.

Gran parte de la culpa de este recorte viene por parte del omnipresente IVA, cuyo desplome entre enero y mayo es ya del 10,1% respecto al mismo periodo del pasado ejercicio. En los PGE, el Ejecutivo ya se había temido un retroceso en estos ingresos, pero era de apenas un 3,3%.

El IVA no es un impuesto cualquiera: de hecho, supone el 70% de la recaudación de tributos indirectos (que es el grupo hacia el que mira Bruselas cuando reclama subidas) y algo menos de un tercio de todo lo que percibe España en materia fiscal (el principal foco de ingresos es el IRPF, con unos 73.000 millones de los 167.000 totales; el IVA roza los 50.000).

La cuadratura del círculo

El hecho de hacer coincidir las nuevas medidas de ajuste del Gobierno con el acuerdo para rescatar a la banca española pone negro sobre blanco el carácter paralelo que tienen estos dos procesos. Y no hay uno sin otro.

España está combatiendo al mismo tiempo contra dos frentes, el déficit y el agujero de la banca, cuya retaguardia está en el corazón de Europa, ya sea porque obliga a cumplir con el primero, o porque es quien tiene el dinero para sanear el segundo.

Este cruce de caminos ha jugado en favor de los intereses de la Comisión, que está cansanda de pedir a los diferentes presidentes españoles que eleven su recaudación por IVA.

En cambio, donde parece que está dispuesta a levantar la mano Bruselas es en la edad de jubilación, cuyo calendario le gustaría adelantar, y en una posible nueva congelación de las pensiones.

Ahora urge garantizar el nivel de ingresos prometido para cumplir con el 5,3% de déficit previsto para este año. Además de que por el lado del gasto hay otras vías para recortar, con la reducción del empleo público en primera línea de fuego.

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