Rivero y Soler recuperan el poder en la primera inmobiliaria de Francia

  • Se acabó el castigo para Joaquín Rivero y su socio en sus aventuras en Metrovacesa y Gecina, el valenciano Juan Bautista Soler. El binomio recupera el próximo 15 de julio todos los derechos políticos en el grupo francés, ahora limitados al 20%, un año después de que el empresario jerezano abandonara todos sus cargos en la inmobiliaria gala.
E.Utrera/R.Ugalde

Se acabó el purgatorio que en el último año ha reducido a la quinta parte los derechos políticos de Joaquín Rivero y Juan Bautista Soler, dueños del 32% de Gecina. En la práctica, la restitución de todos los derechos políticos supone que Rivero vuelve a pintar, y mucho, en la inmobiliaria gala que comandaba hasta hace apenas un año.

Entonces, Rivero tuvo que presentar la dimisión de todos sus cargos ejecutivos en pleno enfrentamiento con Metrovacesa, dueño del 27% del capital. El grupo ahora controlado por los bancos acreedores de la compañía y de la familia Sanahuja, con quien Rivero mantuvo un encarnizado enfrentamiento, acudió a los tribunales franceses para limitar los derechos de voto del jerezano.

Para ello contó con el apoyo del tercer peso pesado en el capital de Gecina. Se trata de Predica, la filial del banco galo Crédit Agricole, que tiene el 8,24% del capital. Ahora, recuperados no los galones de la gestión pero sí la voz y el voto en la parte proporcional a su participación, los viejos enemigos vuelven a mirarse a los ojos en relativa igualdad de condiciones.

Sin embargo, fuentes cercanas al grupo francés y a Metrovacesa aseguran que no debe esperarse una secuencia de enfrentamientos entre las partes. Más bien al contrario, ya que hay varias cuentas pendientes por resolver entre las partes. Sí queda claro que, restituidos los derechos políticos, Rivero gana poder de negociación.

Asuntos pendientes

Uno de los asuntos pendientes es la compra del 49% de Bami que está en manos de Gecina y que las dos partes llevan negociando algunos meses. Rivero quiere tomar el control total de la compañía que quiere convertir en su nuevo vehículo inversor en España.

Según fuentes cercanas a las negociaciones, la voluntad de vender de Gecina es total, ya que no considera estratégico el mercado español. El acuerdo podría estar cerrado antes del verano y se puede acelerar en cuanto Rivero recupere todos sus derechos.

La opción número uno es que el empresario jerezano y el grupo galo se repartan los activos de Bami, cuyo valor se ha depreciado cerca de un 40% como consecuencia de la crisis. La otra posibilidad para que Rivero consiga el control total del grupo a través de cual quiere pilotar su vuelta al mercado inmobiliario español es la compra en efectivo de dicha participación.

Una opción que, según fuentes cercanas a las negociaciones, es la menos posible por tres razones. La primera es la dificultad para valorar los activos en un momento de máxima incertidumbre en el sector inmobiliario.

Otro asunto es el futuro del 16% de Rivero en Gecina. El empresario siempre ha asegurado que se trata de una participación financiera y que la venderá “cuando convenga”. Con el control del 32% del grupo junto a Bautista Soler, Gecina –que como todas las inmobiliarias está sufriendo en sus cuentas y en bolsa el impacto de la crisis-, cualquier movimiento de Rivero y los suyos puede poner en peligro la estabilidad bursátil del grupo. Una razón más para normalizar las relaciones en el accionariado.

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