Ni una deuda de un billón de euros impedirá que España salga de la crisis

    • Economistas y analistas de mercado descartan que el peso de la deuda vaya a comprometer la salida de España de la crisis.
    • Confían en que el proceso de consolidación fiscal y el respaldo del BCE diluyan la desconfianza de los inversores hacia nuestro país.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría (c), acompañada por el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, durante la rueda de prensa de presentación de los Presupuestos de 2014.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría (c), acompañada por el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, durante la rueda de prensa de presentación de los Presupuestos de 2014.
Bruno Pérez / Ana P. Alarcos

Cada día que pasa la cantidad que las Administraciones Públicas españolas deben a sus acreedores se incrementa en 400 millones de euros. Para hacerse una idea, esta cantidad duplica el presupuesto que destinará el Estado en 2014 a la construcción de guarderías o centros de Educación Primaria.

La velocidad a la que ha crecido la deuda pública en España desde el inicio de la crisis no tiene parangón con ningún otro país desarrollado y se ha convertido en el principal motivo de preocupación que han identificado analistas e inversores a la hora de evaluar la situación económica del país.

Pero hace un año algo cambió. El endeudamiento público ha continuado creciendo, incluso a un ritmo más rápido a cómo lo hacía antes, y sin embargo la percepción sobre el riesgo de impago por los títulos emitidos por el Tesoro Español es cada vez menor.

La deuda pública española cerrará este año en el 94,2% del PIB, según la última previsión oficial del Gobierno, un nivel que no se veía en España desde el año 1907, y cada vez es más probable que este techo histórico coincida con el menor índice de riesgo de los dos últimos años.

Los economistas de la Universidad de Harvard, Carmen Reinhardt y Kenneth Rogoff, formularon en medio de lo más duro de la crisis una controvertida teoría que concluía que una vez que la deuda pública superaba la frontera del 90% del PIB se convertía en una carga insuperable, que afectaba de forma relevante a las posibilidades de crecimiento de una economía.

España superó esa frontera este verano y, si las previsiones de los Presupuestos se cumplen, en 2014 la deuda pública española rebasará por primera vez en la historia la frontera del billón de euros (98,9% del PIB).

La cuestión es: ¿puede ser la deuda un obstáculo insalvable para esa incipiente recuperación que empieza a asomar en nuestra economía?Ahora todos confían en España

No hace tanto era cosa asumida en los mercados e incluso entre buena parte de nuestros socios europeos que tarde o temprano España tendría que solicitar un rescate para sortear su quiebra, hoy el consenso indica que el riesgo de default es remoto.

¿Qué factores justifican este cambio radical de opinión? "No solo hay que mirar al nivel de endeudamiento, la tasa de crecimiento y el tipo de interés al que un país se financia en el mercado son también claves a la hora de evaluar la solvencia de un país", recalca Joaquín Maudos, catedrático de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad de Valencia e investigador del IVIE.

"Todo indica que España ya ha dejado atrás la recesión y que va a entrar en una fase de crecimiento, y el Tesoro no encuentra particulares dificultades para financiarse en los mercados. Además, pese a todo,la deuda española aún está por debajo de la media de la UE", recuerda el investigador.

"No existe una cifra concreta que te indique que vas a tener problemas con tu deuda", abunda Rolf Campos, profesor del Departamento de Economía de IESE. "Países como Japón, Estados Unidos o Reino Unido tienen más deuda que España y nadie duda de su capacidad para hacer frente a sus obligaciones".

No todos son tan optimistas. La profesora Reinhardt dejó un aviso a navegantes cuando visitó España la pasada primavera, invitada por el Círculo de Economía de Sitges. "No todos los problemas pueden solucionarse con austeridad y crecimiento. Varios países europeos no van a tener más remedio que recurrir a reestructuraciones de deuda", es decir, quitas a los acreedores.

Las perspectivas de España no son alentadoras. Pese a que el Gobierno asegura que a partir de 2016 España comenzará a reducir su nivel de endeudamiento desde un nivel ligeramente superior al 100% del PIB, las previsiones más optimistas indican que España mantendrá déficits presupuestarios hasta 2020 y con el presupuesto en números rojos reducir la deuda es una labor casi imposible.

Es más, hay estudios privados que ponen el techo que puede alcanzar la deuda española en el 120% del PIB.

Y, por si esto fuera poco, un reciente informe del FMI ha venido a advertir de que en países con elevado endeudamiento y bajo crecimiento la reducción de la deuda pública no es una cuestión de años, sino que puede ser cosa de décadas. Inquietante.

Según Joaquín Maudos, hay un factor que desactivará la posibilidad de alcanzar esos escenarios más dramáticos. "Ahora sí parece que España tiene el respaldo de Europa, y con el apoyo de Bruselas y del BCE España no tendría que tener ningún problema".

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