Conoce las ventajas e inconvenientes de invertir en países rescatados

  • Los problemas de Portugal, Grecia e Irlanda han disparado la rentabilidad de sus bonos, que se han convertido en unos de los activos más atractivos del mercado. Sin embargo, los expertos recomiendan a los inversores que no se dejen cegar por la codicia porque, si continúan las tensiones, pueden acabar perdiendo parte del dinero invertido.
El ministro de Finanzas luso dice que necesita ayuda de la UE
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Ana P. Alarcos

La crisis de deuda en la eurozona ya ha dejado tres víctimas por el camino. Grecia e Irlanda, que fueron rescatados el año pasado, y Portugal, que anoche pidió de forma oficial ayuda a Europa.

La quiebra de estas economías ha ido de la mano del aumento desmesurado de la rentabilidad de su deuda, lo que, para muchos, se ha convertido en una buena oportunidad de inversión. "El gran atractivo de los bonos de estos países es el elevado interés que ofrecen", señala Pablo García, director de análisis de Oddo Securities.

En concreto, al cierre de ayer, la rentabilidad de los bonos griegos a diez años alcanzó el 12,6%, mientras que los irlandeses marcaron el 8,92% y los portugueses el 8,4%. Los españoles, en cambio, se sitúan en el 5,2%.

Además, en el caso luso, la cifra es superior en la deuda a corto plazo, lo que demuestra que el mercado está preocupado por el futuro inmediato del país. De hecho, el rendimiento de sus bonos a cinco años ya supera el máximo histórico del 10%.

Hasta el banco de inversión Morgan Stanley ha recomendado a los inversores que apuesten por la deuda soberana periférica y, concretamente, por la irlandesa. En un informe reciente, la compañía estadounidense justifica su recomendación en la recuperación de la competitividad de la economía celta, la credibilidad de los exámenes de solvencia realizados a su sistema financiero y la atractiva valoración de sus bonos respecto a los emitidos por otros países emergentes.

Sin embargo, como mantiene el dicho popular, "nadie da duros por cuatro pesetas". De hecho, invertir en la deuda pública de los países periféricos para llevarse una rentabilidad semejante conlleva varios riesgos.

Uno de los principales peligros es que estos países pueden retrasar el pago de su deuda. Por ejemplo, un inversor ha comprado recientemente bonos irlandeses a diez años y lo ha hecho a una rentabilidad del 8%.

Si Irlanda, a pesar de recibir ayuda internacional, no tiene dinero suficiente como para hacer frente a sus compromisos en 2021 (cuando vencerán dichos bonos a diez años), podría retrasar el pago al inversor y devolvérselo, por ejemplo, un año más tarde.

Sin embargo, éste no es el peor de los escenarios a los que se pueden enfrentar los inversores. Si los problemas de Irlanda, Grecia y Portugal persisten, e incluso empeoran, podrían acogerse a una fórmula que se denomina "quita". Esto se produce cuando un país no puede hacer frente a sus financiaciones futuras y, para poder normalizar su situación, no devuelven toda la inversión a sus acreedores", explica Soledad Pellón, de IG Markets.

"El peor escenario posible es que se produzca una quita de la deuda. Esto supone que, si tiene que devolver 100 euros, sólo tenga dinero suficiente como para pagar 90 euros", señala Beatriz Tejero, responsable de estrategia de Banco Sabadell.

Por tanto, si se produce este escenario, los inversores no tendrán más remedio que asumir una pérdida de valor, algo que ya ocurrió en Argentina en el año 2005.

Como puntualiza Rafael Pampillón, economista de IE Business School y Catedrático de la Universidad San Pablo CEU, "en 2005, cuando Néstor Kirchner llega al poder se da cuenta de que no contaba con los recursos suficientes para pagar la deuda, por lo que decidió hacer una quita, un recorte de la deuda, del 65%. La imposición de recortar el 65% del valor nominal de la deuda vulneró estos procesos de negociación y de devolución de la deuda".

Y los expertos no descartan que se pueda volver a repetir otro caso similar. "El Gobierno irlandés ya ha dejado claro que se ha planteado esa medida, aunque esto no significa que la vaya a poner en marcha. Grecia, de momento, no ha dicho nada, y Portugal acaba de pedir ayuda. Por eso, tiene más margen de maniobra para evitar que se produzca una quita", argumenta la experta de Banco Sabadell.

Por eso, como apunta Iván San Félix, analista de Renta 4, "este tipo de activos es perfecto para inversores con carteras muy diversificadas y que quieran incluir en su estrategia algo de riesgo. Pero no creo que sea una apuesta muy recomendable para los inversores minoristas, que no toleran tanto el riesgo, porque las probabilidades de que no les salga bien la jugada son elevadas".

Portugal, el país menos arriesgado

A pesar de que los expertos alertan sobre el peligro de invertir en la deuda soberana periférica, también creen que Portugal es la opción menos arriesgada.

Como señalan desde IG Markets, "no sabemos cómo se van a comportar sus bonos después de recibir las ayudas. En Grecia e Irlanda la rentabilidad ha seguido subiendo, pero puede que, en el caso luso, veamos una relajación".

Por otro lado, como recuerdan desde Oddo Securities, "los problemas de Portugal vienen de un elevado déficit público, lo que tiene mejor solución que la bancarrota financiera irlandesa y el engaño de las cuentas públicas griegas".

Así pues, Portugal puede presumir de ser la opción más rentable y menos arriesgada de toda la periferia europea.

 

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