Todas las miradas del mercado estaban puestas hoy en Estados Unidos y, en concreto, en su banco central. La Reserva Federal (Fed) acaba de anunciar nuevas medidas de estímulo para intentar reactivar la economía americana, complaciendo así los deseos del mercado.
Además, el organismo presidido por Ben Bernanke no ha dado sorpresas. Tal y como se esperaba, no ha anunciado un plan de estímulo de grandes dimensiones, sino que ha preferido recuperar una táctica que ya se utilizó en el pasado, concretamente, en los años 60.
Se trata de la 'operación Twist' (giro, en inglés), que consiste en vender activos a corto plazo para conseguir dinero e invertirlo después en activos a largo plazo.
En concreto, la Fed venderá hasta junio de 2012 un total de 400.000 millones de dólares en bonos del Tesoro a corto plazo (hasta un vencimiento máximo de tres años) y, con ese dinero, invertirá en bonos a largo plazo (cuyo vencimiento estará entre 6 y 30 años). Es decir, va a realizar un canje de bonos.
De esta forma, se consigue dar estabilidad y mantener las expectativas de unos tipos de interés bajos durante un periodo de tiempo prolongado. Esto significa que el Tesoro podrá financiarse más barato y que los inversores podrán reducir sus niveles de presión.
Para reforzar su discurso, la institución ha decidido mantener estable el precio del dinero entre el 0% y el 0,25%, una cota que se mantiene desde diciembre de 2008 y que se prolongará, al menos, hasta mediados de 2013.
Por otro lado, la Fed asegura que prevé que el crecimiento económico se mantenga bajo. ¿El motivo? Los últimos indicadores macroeconómicos, que apuntan que el mercado laboral seguirá débil, en tanto que el desempleo continuará elevado y el gasto de los hogares seguirá creciendo a un ritmo modesto.
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