Intensa. Pesimista. Loca. Hay muchas palabras que podrían describir cómo ha sido esta semana para el mercado español, pero la más completa es, sin duda, histórica. En estos últimos cinco días, nuestro país ha vuelto a ser el centro de la diana de los especuladores fiancieros y, aún así, la bolsa ha aguantado el tipo.
Y es que el Ibex 35, el principal indicador de nuestro mercado, ha terminado esta semana con una caída del 2,87%, hasta cerrar la sesión del viernes en 8.310,1 puntos. Un resultado muy positivo si tenemos en cuenta el aluvión de malas noticias que han tenido que digerir los inversores desde el lunes.
El lunes, con la dimisión del ya ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi sobre la mesa, todo hacía presagiar un arranque de semana tranquilo. El mercado había conseguido derrocar otro Gobierno con sus golpes de estado financieros y, en principio, nada podía estropear el festejo... Nada más lejos de la realidad.
Ese mismo día las bolsas europeas cerraron en negativo, después de que el Tesoro transalpino se viera obligado a pagar los interes más elevados en 14 años por colocar 3.000 millones en bonos. La noticia cayó como un jarro de agua fría a un mercado aun nervioso, que volvió a castigar a las primas de riesgo.
Y esto sólo era el principio. El martes le llegó el turno al Tesoro Público español, que tuvo que pagar a los inversores una rentabilidad superior al 5% para vender letras a 12 y 18 meses. Un récord desde 1997.
Como no podía ser otra forma, el riesgo país español penalizó el resultado de la subasta y marcó un máximo histórico. Además, las tensiones se propagaron por varios países de la eurozona (como Francia, Bélgica, Austria, Holanda y Finlandia), cuyas primas de riesgo también pulverizaron récords.
La situación se intensificó durante dos días, sobre todo, después de que el organismo emisor español protagonizara el jueves otra mala subasta: tuvo que pagar una rentabilidad superior al 7% para colocar 3.500 millones en bonos a diez años.
Ese mismo día, la intervención del Banco Central Europeo a través de la compra de deuda pública relajó ligeramente la presión sobre la deuda española, que evitó firmar su tercer récord consecutivo.
Todavía quedaba el viernes y, aunque parecía que la semana ya había dado de sí todo lo que podía, el mercado volvió a sorprender. A primera hora del día, el diferencial entre el bono español a diez años y su homólogo alemán (es decir, la prima de riesgo) alcanzó el nivel de 525 puntos básicos, 25 puntos por encima de la cota más alta que jamás había tocado, y, para colmo, el interés del bono rompió el 7%.
Ese nivel crítico desembocó en las intervenciones de Grecia, Irlanda y Portugal, lo que significa que la deuda española entró en zona de rescate. Menos mal que el BCE volvió a tirar de chequera y logró reducir drásticamente el riesgo español hasta los 441 puntos básicos.
Mejores y peores valores de la semana
Tan sólo CaixaBank ha podido saldar la semana en positivo y lo ha hecho con subidas del 5,7%. En cambio, Indra, ArcelorMittal y Gamesa se han desplomado más de un 8%, ACS un 7,2%, y Telecinco y Sacyr un 5,5%.
Esta semana el peor de los grandes valores ha sido Repsol, que ha perdido un 4,5%. Mientras, BBVA y Santander se han dejado un 4%; Telefónica ha cedido un 2%, Iberdrola un 1,6% e Inditex un 0,8%.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios