Salidas a bolsa: tres lecciones para evitar un fracaso en el parqué

  • El trienio 2007-2009 no pasará a la historia ni por la abundancia de salidas a bolsa ni por el éxito de las mismas. Varias compañías han anunciado su intención de empezar a cotizar este año. La experiencia de los tres últimos ejercicios puede ser muy valiosa para evitar nuevas decepciones.
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El trienio 2007-2009 no pasará a la historia ni por la abundancia de salidas a bolsa ni por el éxito de las mismas. Varias compañías han anunciado su intención de empezar a cotizar este año. La experiencia de los tres últimos ejercicios puede ser muy valiosa.

Según un informe sobre ofertas públicas de ventas (OPV) en los tres últimos años elaborado por Llorente y Cuenca, el escenario en el que las empresas van a acometer nuevas salidas a bolsa es muy exigente. Por lo tanto, las compañías tendrán que ofrecer al mercado algo más que un plan de negocio creíble. Están también obligadas a ser generosas en los precios de venta de las acciones y a ser realistas en el tamaño de las operaciones.

Las trece salidas a bolsa de los tres últimos ejercicios dejan algunas lecciones que no deberían caer en saco roto. Si las nuevas empresas que van desembarcar en el parqué quieren dejar un buen sabor de boca a los inversores y evitar fracasos sonoros como los de los tres últimos años –sólo tres de los 20 valores que han debutado en el mercado ofrecen ganancias a los inversores que apostaron por ellas-, estos son los errores que no deberían cometer:

-El precio. A pesar de las reticencias de los inversores y de la situación de incertidumbre primero y de crisis abierta después en la economía mundial, sólo tres de las trece empresas que salieron a bolsa en el trienio fijaron el precio definitivo de la oferta por debajo de la banda de precios previsto en el folleto de la operación. Y únicamente otras cuatro vendieron sus acciones en la banda más baja. Por lo tanto, la generosidad a la hora de poner precio a una OPV es una asignatura pendiente.

-La demanda. Las peticiones de acciones que recibieron las salidas a bolsa entre 2006 y 2009 dejaron mucho que desear. O las empresas no supieron trasladar a los inversores las bondades de la operación, o las valoraciones no convencieron a los potenciales compradores.

En plena expansión de la crisis, en la segunda mitad de 2007 –el último gran año de salidas a bolsa- la sobredemanda de las seis ofertas realizadas no superó nunca las cuatro veces y sólo en dos ocasiones superó las tres veces. En la primera mitad del ejercicio, la sobredemanda media superó las diez veces.

-Free float. Muchas de las compañías que han salido a bolsa en los tres últimos años están dibujando una aburrida trayectoria en bolsa por su falta de liquidez, lo que reduce sensiblemente el volumen de negocio y el interés de los grandes accionistas. El porcentaje del capital colocado en bolsa en las cuatro últimas OPV no ha superado el 20% frente al más del 40% de las dos primeras de 2007.

Por lo tanto, las empresas se enfrentan a un difícil equilibrio: aunque el tamaño de las operaciones debe ser realista y ajustarse a la realidad económica y de los mercados, las compañías deben procurar que el número de acciones vendidas en el mercado sea suficiente para que los inversores puedan entrar y salir del valor con fluidez.

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