En plena sequía de crédito en la que empresarios y familias buscan fórmulas de financiación imaginativas para sobrevivir, la banca ha abierto ese grifo, pero con restricciones a los beneficiarios.
De manera que las administraciones públicas han sido las únicas afortunadas de beber ese líquido tan deseado, después de la resaca de las elecciones municipales y autonómicas del pasado mes de mayo. Mientras, el resto de sectores de la economía continúa clamando por más financiación.
Traslademos esta situación a las cifras. Tanto bancos como cajas de ahorro concedieron a las administraciones públicas 4.000 millones de euros sólo en el mes de junio, es decir, justo después de las elecciones. De esta forma, las entidades financieras tenían prestado a estas instituciones la escalofriante cifra de 87.042 millones de euros, según los últimos datos de Banco de España.
Vayamos un poco más allá en el tiempo para demostrar que ese grifo está abierto. Entre enero y junio de este año, las entidades financieras han prestado a las administraciones 7.820 millones de euros, lo que supone casi el 80% del crédito que se les concedió durante todo el año pasado.
Esta cifra refleja el mayor endeudamiento de las instituciones públicas estatales, regionales y locales. El crecimiento de la deuda es uno de los temas a debatir estos días, ya que el Gobierno propone introducir un techo del déficit a todas las administraciones en la Constitución.
Esta claro que la banca ha abierto el grifo al Estado, las comunidades y los ayuntamientos. Ahora veamos la otra cara, es decir, cómo ese crédito se ha quedado congelado para el resto de sectores de la economía española y las familias.
El crédito de empresas y familias
Aunque los últimos números que ofrece el Banco de España corresponden al primer trimestre de este año, las cifras permiten concluir la dificultad de empresarios y hogares para lograr una gota de liquidez.
La suma de préstamos concedidos por las entidades financieras a ambos sectores ha caído en 20 millones de euros entre el cuarto trimestre de 2010 y el primer trimestre de 2011. En concreto, la cantidad total ascendía a 1,8 billones de euros en marzo.
Con estas cifras queda claro que la financiación al sector privado se ha congelado, mientras que al sector público ha crecido. Una razón para argumentar esta preferencia es que las administraciones públicas tienen gastos que no se pueden suspender. En cambio, empresarios y familias están recortando préstamos y aplazando proyectos ante la incertidumbre de la coyuntura económica.
En el sector privado, el volumen de créditos que financian actividades productivas ha caído un 1,3% entre entre el cuarto trimestre del año pasado y el primero de este año, mientras que la suma de los préstamos destinados a los hogares ha descendido 1,2%. El único caso que rompe esas caídas se encuentra en el sector de intermediación financiera. Bancos y cajas prestaron 2.754 millones de euros entre el último trimestre del año pasado y el primero de 2011.
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