Presupuestos Generales del Estado 2012: una décima parte se va en pagar deuda

  • Como las familias que se endeudaron de más y ahora se ven enterradas en montañas de intereses, España destina prácticamente uno de cada diez euros que tiene para gastar en devolver el dinero que solicitó a los mercados. Unos compromisos ineludibles que, junto a pensiones y paro, componen el gran agujero de los Presupuestos del Estado. De hecho, nuestro país ya gasta más en devolver el dinero a los mercados que en prestaciones por desempleo.
R.Ugalde

Los mercados. Otra vez ellos. Sí, la bestia negra de la economía española está presente hasta en los Presupuestos Generales del Estado. Y, para colmo, con un papel protagonista, ya que en torno a una décima parte de los gastos se va en pagarles intereses.

Como las familias que se endeudaron de más en los tiempos de bonanza y ahora se ven ahogadas para hacer frente a sus compromisos, España tiró con pólvora del rey en los primeros años de la crisis y, ahora, se ve obligada a saldar sus excesos del pasado.

Para hacerse una idea de este descontrol, basta recordar que entre 2007 y 2011 se ha disparado un 70% el dinero destinado a pagar los intereses de la deuda pública, al haber pasado de 15.925 millones a 27.400 millones.

Y este año la situación no va a mejorar. Según los Presupuestos Generales del Estados de 2012, este ejercicio se irán 28.848 millones en pagar deuda.

Esta escalada ha hecho que el peso de esta partida sobre el total de gastos de los Presupuestos Generales haya pasado de representar en torno al 5% a cerca del 10% (en concreto, el 9,3%), lo que se traduce en que uno de cada diez euros se va en pagar la deuda.

Suma y sigue, porque este incremento convierte a esta partida, junto a desempleo y pensiones, en el gran agujero de los Presupuestos Generales.

De hecho, este ejercicio, los intereses de la deuda pesan ya más que las ayudas al desempleo, cuyos 28.805 millones de euros suponen el 9,2% de todo el gasto presupuestario.

Y lo peor es que la deuda no para engordar, hasta el punto de que representa ya el 68,5% de la riqueza del país (PIB), cuando antes de estallar la crisis, en 2007, se situaba en apenas el 36,2% y España presumía de tener superavit (ingresar más de lo que gastaba). Para el cierre de este ejercicio, el Gobierno estima que se llegue al 79,8%.

Pero esta privilegiada situación se dilapó en apenas dos años, al pasar los compromisos financieros del Estado desde 380.660 millones con que llegó el Estado al arranque de la crisis económica, a 559.650 millones que tenía ya en 2009. Desde ahí, ha ido en ascenso, hasta rozar los 600.000 millones.

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