Los precios suben un tanto por ciento por culpa de los combustibles y del tabaco. Habrá oído (o leído) esta frase unas pocas veces. Y la seguirán viendo tal y como está el petróleo en estos momentos. Pero también podrán escuchar que el famoso IPC se ha disparado por culpa del precio del ipad o de la fotodepilación.
El Instituto Nacional de Estadística acaba de modificar los criterios que sigue para calcular la inflación en España, recogida cada mes en el Índice de Precios al Consumo. Los cambios se notarán ya mañana mismo (en la publicación del IPC de enero) y supone una pequeña revisión a los productos que forman la particular cesta de la compra del organismo público.
La encuesta básica del IPC pasa de estar formada por 491 artículos a 489. Entre las principales incorporaciones llama la atención la recogida de precios de los notebooks y de las tabletas. Por el contrario, y en el mundo del ocio y la tecnología, se acabó eso de tener en cuenta el CD grabable o el alquiler de películas.
A cambio, entran en la base los discos duros portátiles y algunos servicios muy específicos de estética, como la fotodepilación y la depilación láser. La factura del logopeda también repercutirá en el IPC.
De la misma manera, los alimentos que hasta ahora se habían considerado estacionales (y sólo se contemplaban en ciertas épocas) pasan a la cesta mensual si son productos fácilmente localizables.
Los cambios del IPC no se quedan ahí. También se revisan las ponderaciones de los 12 grupos que estudia el índice. Es decir, lo que pesa cada cosa sobre el total de la cifra. Por ejemplo, los alimentos y bebidas alcohólicas explican algo más de un 18% de la cesta virtual del INE.
Pues bien, en la revisión efectuada entre 2011 y 2012 hay cinco grupos que ganan importancia y siete que pierden. De este modo, los que asumen relevancia son el transporte (con un 2,9% más de incidencia), la enseñanza (un 2,8% más), la vivienda (un 2,6%), las bebidas alcohólicas y el tabaco (0,7%) y los alimentos y bebidas en general (un 0,6% más).
Por el contrario, las comunicaciones pierden un 3,3% de su peso, el vestido y el calzado un 2,9%; el menaje, un 2,5%; la medicina un 2,1%; el ocio y la cultura un 1,3%; otros bienes y servicios, un 1,2%; y los hoteles, cafés y restaurantes, un 0,5%.
Con todos estos ajustes, la alimentación aún es el grupo más importante, con un 18,26% de ponderación, seguida del transporte, con el 15,16%; la vivienda, con un 12% y la restauración, con un 11,46%.
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