Telefónica ha terminado dando la cara, después de que un informe de ING pusiera en duda la capacidad de la operadora para cumplir sus previsiones de beneficio y, en consecuencia, para pagar el dividendo de 1,75 euros por acción que, como mínimo, ha prometido a sus accionistas para 2012.
La compañía presidida por César Alierta acaba de enviar un comunicado al supervisor de la bolsa (CNMV) donde "reitera sus guidances de corto y medio plazo y sus objetivos de dividendos hasta 2012".
Las dudas sembradas sobre el futuro de la operadora se han traducido en bolsa en cuatro jornadas consecutivas a la baja, y hoy podría sumarse una quinta, ya que la compañía cotiza a media sesión con una caída del 2,35% hasta 18,65 euros por acción.
La decisión de Venezuela de devaluar un 50% el bolívar ha sido un nuevo golpe para Telefónica, ya que diversas informaciones estiman que podría suponerle unas pérdidas de entre 700 y 1.000 millones de euros.
ING también justificó su rebaja de previsión para la operadora en el negocio que tiene Telefónica en Venezuela y Brasil, aunque hace apenas dos meses el banco naranja aplaudiera la estrategia de la operadora, precisamente, por su actividad en Latinoamérica.
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