Viajes Marsans se asoma al abismo del concurso de acreedores

  • La empresa de Gerardo Díaz-Ferrán y Gonzalo Pascual corre el peligro de repetir la historia de Air Comet, su antigua aerolínea, después de que la Asociación Internacional de Transporte Aéreo le haya prohibido vender billetes de vuelo.
Marsans sigue vendiendo billetes y recurre la decisión de IATA
Marsans sigue vendiendo billetes y recurre la decisión de IATA
Ruth Ugalde

"Esto es igual que cuando a Air Comet le confiscaron los aviones. La empresa no va a poder seguir operando". Así de tajante se mostraba un fuente próxima a la dirección de Viajes Marsans después de conocer anoche la noticia de que la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) había decido retirar a Viajes Marsans la licencia para poder vender billetes de avión.

El motivo que ha llevado a las aerolíneas a retirar su apoyo al grupo controlado por Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz-Ferran, también presidente de la CEOE, ha sido la incapacidad de los empresarios de presentar un aval de 20 millones de euros.

Con esta cifra, la IATA quiere cubrirse ante las negativas noticias que circulan en torno a la agencia de viajes, cuya supervivencia ha sido puesta en entredicho, y evitar que la compañía cierre y se quede con el dinero de miles de turistas.

Cuando una persona adquiere un billete en una agencia de viajes, ésta pasa a jugar un papel similar al del banco, ya que es ella la que ha recibido el ingreso. Una vez al mes tiene lugar la llamada mesa de compensación, en la que la agencia entrega el importe de los billetes a la aerolínea, descontándole su comisión.

Las dudas respecto a la solvencia de Marsans han impulsado a la IATA a tomar la radical decisión de prohibirle vender más billetes, ante el temor de que la empresa eche el cierre sin haberle reembolsado el importe que le corresponde.

Siguen las negociaciones

No obstante, los responsables de Marsans seguían anoche negociando con la asociación el pago de una nueva garantía que les permita romper el veto. El problema es que ahora otros proveedores -trenes, hoteles, alquileres de coches...- pueden seguir el mismo ejemplo y terminar así forzando al grupo de Pascual y Díaz-Ferrán a suspender definitivamente las operaciones, sinónimo de presentar un concurso de acreedores.

Además, la alarma desatada por IATA, aunque se consiga llegar finalmente a un acuerdo, desata una alarma capaz de desplomar las ventas del grupo. Para intentar enderezarlo, Gonzalo Pascual ha asumido personalmente los mandos, tras la dimisión de su director general y el cese de varios consejeros delegados, con el objetivo de buscar la financiación que le permitan presentar nuevos avales, según Ep.

Díaz Ferrán y Pascual lograron en marzo un crédito de 30 millones de euros, además de una inyección de 14 millones de euros por parte del accionariado de Marsans, con los que confiaban haber ganado el tiempo necesario para vender la empresa y salvar los 4.000 puestos de trabajo del grupo.

Fuentes próximas a la compañía aseguran que ésta necesita una inyección de 100 millones de euros para poder hacer frente a la temporada de verano. A esta cantidad se suma los 240 millones que adeuda al grupo la sociedad Teinver, propiedad de Pascual y Díaz-Ferrán, y los compromisos financieros por valor de 120 millones de euros a corto plazo que tiene la empresa con la banca.

Consurso de Air Comet

A esta noticia se suma la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de declarar el concurso voluntario de acreedores de Air Comet, antigua aerolínea del Grupo Marsans, ayer mismo, con una deuda de 310 millones de euros, casi el doble de lo anunciado inicialmente y una cifra muy superior a los 84,5 millones de euros en que se cifra el valor de sus bienes.

Según un comunicado difundido por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), los usuarios afectados, en torno a 24.000, tendrán un plazo de entre 6 y 12 meses para reclamar el importe de los billetes que no llegaron a utilizar por el cese de las operaciones. La tramitación de un posible plan de pagos podría tardar entre 3 y 5 meses  y, si no se logra un acuerdo con los acreedores, la empresa podría ser liquidada en un plazo de 12 meses. Cerca de 700 trabajadores se han visto afectado por el concurso de Air Comet.

Algunos de ellos han conseguido que la Juticia admita a trámite ir contra los bienes personales de Díaz-Ferrán para poder cobrar las nóminas que les adeuda.

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