Alierta creará, con la ayuda del Papa, una fundación para ayudar a niños en África

César Alierta ha dado un paso a un lado en la presidencia de Telefónica pero no se va a jubilar. El aragonés va a dedicar su día a día a partir de ahora a un proyecto que tiene en la cabeza y que tiene como objetivo mejorar la vida de millones de niños en África.

El proyecto que tiene el ejecutivo en su mente es el siguiente: que millones de niños africanos mejoren su educación. ¿Cómo? Haciéndoles llegar la tecnología. Alierta cree que disponiendo de medios técnicos en las escuelas, ciudades y aldeas, los más pequeños podrán ampliar sus conocimientos y mejorar, así, su calidad de vida de manera sensible.

Lainformacion.com ha podido conocer que el nombre de este proyecto será Profuturo (es un nombre provisional, de momento) y al frente del mismo estará el propio Alierta. Dependerá de la Fundación Telefónica, a la que ha pasado ahora.

Alierta quiere contar con la participación del Papa Francisco en Profuturo. De hecho, le planteó en persona el proyecto al Sumo Pontífice en el viaje exprés que realizó este martes, el mismo día en el que anunció su dimisión en Telefónica. 

El expresidente de la multinacional quería que el Papa Francisco fuera una de las primeras personas en conocer su decisión de abandonar la presidencia de Telefónica y dejar paso a su consejero delegado, José María Álvarez-Pallete. Alierta cogió en la mañana de este martes un avión con destino a Roma. Llegó allí y un coche le llevó hasta la Ciudad del Vaticano. Allí tuvo una audiencia muy especial: con el Papa. 

Las fuentes consultadas aseguran que Alierta considera a Francisco como su "amigo íntimo". Quería despedirse de él y, además, lo quería hacer en persona. Por este motivo el ya expresidente de Telefónica estuvo desaparecido durante gran parte del día en el que dio a conocer su decisión. Aprovechó la audiencia para plantearle el proyecto de Profuturo.

Antes de hacer oficial su dimisión, Alierta también llamó a otras personas. El Rey Felipe VI, su padre Juan Carlos I y el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, fueron de los primeros en conocer la decisión.

También habló con la amplia mayoría de miembros del Consejo Empresarial para la Competitividad, un organismo que él mismo impulsó y que quiere seguir manteniendo.