Una 'startup' de complementos impulsada por jóvenes emprendedores promueve la escolarización y el acceso al agua en Togo

  • La marca de C21BeBrave, la empresa que "aúna moda y valores" como han explicado a Europa Press dos de sus fundadores (Rafael Muñoz Navarro y Raúl Hita Ortega), ha financiado más de 1.400 matrículas así como material escolar para los niños que acuden a la escuela del poblado de Bodjondé, en Togo.
Una 'startup' de complementos impulsada por jóvenes emprendedores promueve la escolarización y el acceso al agua en Togo
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EUROPA PRESS
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Este hito ha sido posible gracias a la colaboración de la 'startup' española con la Fundación Takeli, a la que destinan el 5% de su facturación. Esta ONG fue fundada en 2005 por el profesor Raymond Takeli --que en su día dio clases a los ahora jóvenes emprendedores-- con la intención de ayudar a los menores de este pueblo de África.

Además de promover la escolarización en la zona, en las pasadas navidades C21BeBrave puso en marcha una campaña benéfica con el fin de lograr financiación para la construcción de un pozo de agua potable en la citada comunidad africana.

"No somos una marca de moda, somos una marca de personas", argumentan Muñoz e Hita, que defienden la importancia de "transmitir valores humanos".

Por ello, junto a un tercer socio (Jaime Serrano) pusieron en marcha esta empresa, que se inspiró en los mensajes de ánimo que ofreció el Papa Francisco durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Brasil, que se llevó a cabo en el año 2013 en Río de Janeiro.

"Nos identificamos con los mensajes que dio el Papa en aquella JMJ, en la que insistía en la importancia de dar la cara y ayudar a los demás", relatan. Por eso se decantaron por poner en marcha C21BeBrave ('http://www.c21bebrave.com/es/'), una marca de moda 'online', aunque ninguno de los tres contaba con experiencia en el sector.

"Vendimos nuestro primer reloj en junio de 2014. ¿Por qué relojes? Porque son un accesorio que todo el mundo lleva, son una seña de identidad", prosiguen, al tiempo que rememoran las dificultades que tuvieron que sortear en sus comienzos, cuando invirtieron 16.000 euros.

"En un mes vendimos los 1.000 relojes fabricados con esa primera inversión", cuentan, en la que supone "una historia de éxito" que finalmente les llevó a dejar sus ocupaciones (por ejemplo, Raúl Hita trabajaba en el ámbito de la consultoría) para dedicarse plenamente a su empresa, que actualmente cuenta con un equipo de siete personas.

En 2016, lograron facturar más de 300.000 euros, con el objetivo de llegar al millón de euros en este año. Además, aproximadamente dentro de un mes tienen previsto empezar a vender en Francia, Italia y Alemania, no sólo relojes sino también gafas de sol, un producto que han empezado a comercializar desde el pasado mes de abril.

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