Los retos de la implantación en España de la Formación Profesional 'a la alemana'

"He repostado yo solo un avión, algo que me parecía impensable, he aprendido un montón de cosas gracias a personas que han estado encima, aunque también ha habido otras que me han ignorado haciéndome sentir como un estorbo en la empresa, algo que te desanima bastante". De esta manera resume un estudiante de Formación Profesional dual su participación en el nuevo programa, un análisis que se corresponde con el elaborado este miércoles por los profesionales que día a día están trabajando para implantar el modelo en España.

La nueva formación profesional, inspirada en sistemas que llevan años funcionando con éxito en otros países europeos como Alemania o Austria, se diferencia de la ordinaria en que los alumnos alternan su horario lectivo con el trabajo en una empresa por el que reciben a cambio una beca salario. El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, reivindicaba hace unos días este modelo de formación como "esencial" y aseguraba que permitiría crear las condiciones para "crecer" y "generar empleo".

Asimismo, en el calendario de medidas impuesto por la Comisión Europea este miércoles a España incluían que la formación profesional dual fuese aplicada más allá de la fase piloto en que se encuentra en la actualidad.

Sin embargo, centros pioneros en la implantación de este tipo de formación se están encontrando con varios escollos para su desarrollo: dificultad para aplicar el programa formativo, problemas de comunicación, de conocimiento…

"Hay un desconocimiento social de lo que es la formación dual" aseguraba este miércoles Carmen Santamaría, directora del Centro Integrado de Formación Profesional Profesor Raúl Vázquez de Madrid, durante la jornada de debate 'La Formación Profesional Dual. Buenas prácticas y Retos en España y en la Unión Europea', organizada por la Embajada de Austria en España y la Comisión Europea. "Falta orientación profesional en muchos centros en los que no se conoce y por lo tanto no se orienta al alumno hacia ella".

El centro de Santamaría fue pionero en la comunidad de Madrid en la implantación de este nuevo modelo de enseñanza, estrenándose en el curso de 2010-2011 en el Grado Superior en Mantenimiento Aeromecánico.

De este modo, la directora ha ofrecido un análisis de los principales problemas a los que se han tenido que enfrentar a la hora de poner en práctica la nueva FP: "Hay una falta de tejido empresarial adecuado, las empresas desconocen el sistema y no se atreven a dar el paso".

Santamaría ha apuntado también a la falta de personal formado en "tecnología didáctica" en las empresas para poder atender y formar a los alumnos. "Es necesario que exista una implicación del personal de la empresa. Si al alumno lo ven como una amenaza a su puesto de trabajo nunca le van a permitir desarrollar su trabajo, no va a estar integrado. Es importante que el personal de la empresa esté muy bien formado y que lo acoja y ayude en todo momento".

De la misma opinión es el director del centro privado de FP XALOC, Manuel Rosillo, quien ha decidido posponer la implantación del sistema dual en su escuela hasta estar seguros "de que no hacemos daño ni a los alumnos ni a las empresas".

"En nuestro país, hoy por hoy, salvo excepciones", ha afirmado Rosillo, "no tenemos tutores de empresa formados para educar, los tenemos formados para trabajar, para ser grandes técnicos, pero no para formar".

Otro de los inconvenientes que ha señalado el experto es la "mentalidad" del empresario español así como el tamaño de las empresas. "No es la dimensión ni de la alemana ni la suiza… Lo predominante en España son micro empresas".

El rechazo al modelo lo ha encontrado Santamaría incluso dentro del mismo centro donde "una parte del profesorado ve la formación dual como un ataque, como que se les va a sustituir en la formación".

Pese a estas dificultades para su implantación, los profesionales han querido subrayar también los beneficios que reporta al alumno, entre los que se encuentran "adquirir formación práctica, habituarse a un horario y ganar en motivación y responsabilidad".

El modelo, aseguran, también supone una ventaja para las empresas que "pueden seleccionar una cantera enfocada en un futuro a la inserción laboral, con una formación adaptada al entorno productivo".