ETA preguntó a sus miembros en 2007 si querían seguir matando y dijeron que sí

    • Una minoría condenó los atentados, pero la mayoría quería ampliar la lucha armada y atentar en Francia en lugares como el Louvre, la sede de Michelín o en un gran aeropuerto.
    • Txeroki, jefe militar, abogaba por mantener todos los frentes abiertos con el único límite de no matar a civiles "sin discernimiento". Apostaba por matar concejales de todos los partidos.
Txeroki se niega a declarar alegando que la Audiencia Nacional no tiene autoridad para juzgar a ciudadanos vascos
Txeroki se niega a declarar alegando que la Audiencia Nacional no tiene autoridad para juzgar a ciudadanos vascos

La banda terrorista ETA realizó en 2007 una consulta entre sus miembros para saber si querían seguir con la violencia, tras el fracaso de la negociación con el Gobierno español, y la mayoría de los terroristas encuestados se manifestó a favor de seguir empuñando las armas.

En este referéndum interno de la banda participaron al menos dos centenares de etarras, según una serie de documentos encontrados en un piso de Burdeos (Francia) meses después.

El hallazgo se realizó durante la detención en ese piso, el 20 de agosto de 2008, de Ainhoa Ozaeta, Igor Suberviola, Jon Salaberría y el ya fallecido dirigente de la organización terrorista, Francisco Javier López Peña, Thierry.

Jacqueline Audax, presidenta del Tribunal de lo Criminal de París que juzga a los tres presuntos miembros del aparato político de ETA, explicó que hubo 208 miembros que se implicaron con sus aportaciones en la asamblea convocada el año anterior tras el fin, en mayo de 2007, de los contactos con el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.

La jueza destacó que aunque hubo "algunas" críticas al atentado mortal del aeropuerto de Barajas del 30 de diciembre de 2006, "una mayoría" de los etarras quería reanudar y ampliar la lucha armada e incluso había muchas voces para abrir un nuevo frente con atentados en Francia.

Así, precisó que uno de esas voces, a la que no se ha podido identificar, proponía lanzar un aviso a las autoridades francesas en forma de comunicado y, si no respondían a lo que ETA pedía, organizar primero un ataque con explosivos en la zona del Museo del Louvre de París, luego en la sede de Michelin en Clermont Ferrand y a continuación en un gran aeropuerto.

También a concejales del PP y el PSOE

Otro militante que firmaba como Tx y Txk, y que la Policía asocia al alias Txeroki del entonces jefe militar, Garikoitz Aspiazu Rubina, abogaba por mantener abiertos todos los frentes de la lucha armada con el único límite de no matar a civiles "sin discernimiento".

El fiscal, Jean-François Ricard, añadió que Txeroki justificaba establecer como objetivos para atentados no sólo a los dirigentes del PSOE y del PP, sino también a concejales de esos partidos.

En el informe de conclusiones del comité ejecutivo -que debía dar lugar a una decisión en julio de 2008, posterior a los arrestos de Burdeos- se descartaba atentar en Francia y se insistía en reforzar la seguridad interna en la banda tras reconocer que las fuerzas del orden tenían un gran conocimiento de su funcionamiento.

Ricard subrayó que esa síntesis de la dirección de ETA, en particular por la postura tomada sobre la posibilidad de cometer atentados en Francia, demuestra que era el aparato político del que están acusados de formar parte los tres del banquillo el que definía la estrategia de la banda, y no el militar.

En los próximos días, el tribunal abordará precisamente la crisis interna que vivió la organización a comienzos de 2008 cuando Txeroki y el jefe de la logística, Mikel Carrera Sarobe Ata dijeron que destituían a López Peña, Ozaeta y Suberviola como miembros del comité ejecutivo.

En los últimos días se ha conocido, como publicó la información, que un sector de ETA estaría de nuevo dispuesto a seguir con la violencia y para ello estaría reclutando afines. La Audiencia Nacional investiga esta posibilidad y sigue la pista a un profesor de un colegio de Urdax (Navarra), ex preso de ETA, desaparecido desde finales de Febrero.

Fermín Sánchez Agurruza, el profesor que casi con toda probabilidad ha huido a Francia, es el líder de Ibil, un grupúsculo mucho más radical que buena parte de la izquierda abertazale.

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