¿De verdad todo el problema con Rita Baberá es sólo por mil euros?

  • Rita personifica mejor que nadie, y con más derecho que nadie, al Partido Popular en la región levantina.

    ¿Resulta creíble que una persona de la trayectoria de Rita desconociera una operación de financiación del partido del que era alma-mater desde 1976?

Barberá cobrará unos 2.300 euros más al mes cuando pase al Grupo Mixto del Senado, casi 7.000 euros en total
Barberá cobrará unos 2.300 euros más al mes cuando pase al Grupo Mixto del Senado, casi 7.000 euros en total
E.P.

Resulta difícil creer a quienes afirman que la senadora valenciana está en el ojo del huracán político por los mil euros supuestamente blanqueados en la financiación de su partido. Rita Barberá no es uno de los tantos cargos públicos del Partido Popular en la Comunidad Valenciana. Para ajustarse a la verdad, debería decirse que Rita personifica mejor que nadie, y con más derecho que nadie, al Partido Popular en la región levantina.

Quien que haya vivido en los años 80 recordará el poder casi omnímodo que acaparó el Partido Socialista. La Alianza Popular de Manuel Fraga apenas si podía cumplir el papel de oposición comparsa. En aquellos duros años para la derecha valenciana, preocupada por conservar sus magros apoyos entre un electorado que incluso dudaba entre ellos y los centristas de Suárez o los regionalistas de González Lizondo, Rita Barberá ya ejercía como diputada autonómica.

Ella se encontraba de hecho entre el equipo promotor y fundador de Alianza Popular desde 1976. Es decir, cuando todavía Aznar opositaba para inspector de finanzas, Rajoy era un joven que estudiaba derecho en la universidad de Santiago de Compostela o Javier Arenas ni siquiera se había afiliado a UCD, formación de la que pasó al PDP y de ahí al PP. Rita no hunde sus raíces políticas en la historia del PP, sino en la prehistoria.

Siempre fue una de las pocas mujeres destacadas de la derecha española, y una de las primeras en ocupar un puesto de máximo nivel en la Comunidad Valenciana, como alcaldesa de la capital. Primero necesitó los apoyos regionalistas para arrebatar la vara de mando a la socialista Clementina Ródenas en 1991. Pero tardó apenas cuatro años en meterse en el bolsillo a los valencianos. Desde 1995, Barberá sumó cinco mayorías absolutas a cual más incontestada, en lo que describe uno de los mayores éxitos electorales de la historia democrática de España.Eludió Nóos, pero no Taula

Rita fue el PP en Valencia. Punto. No extraña por tanto que el descalabro electoral del Partido en las elecciones autonómicas de 2015 corriera parejo al suyo propio, ni que se debiera a motivos similares: la corrupción.

Barberá consiguió eludir su imputación en el caso Nóos cuando el Tribunal de Justicia de la Comunidad Valenciana hizo caso omiso a la investigación del juez Castro, que encontró indicios de delitos tanto en la alcaldesa como en el entonces presidente valenciano Francisco Camps.

Sin embargo, su implicación en el caso Taula resultaba evidente por las confesiones Marcos Benavent, alias “el yonki del dinero”, que motivó la imputación de todo el equipo de concejales y asesores de Rita Barberá en el ayuntamiento de Valencia.

¿Resulta creíble que una persona de la trayectoria política y el poder de Rita desconociera una operación de financiación ilícita de tal calibre en su propia campaña, en su propio partido, del que era alma-mater desde 1976? ¿En alguna cabeza cabe que existiera una caja B sin el conocimiento, cuando no aquiescencia, del responsable político con más apoyo electoral en la historia de la Comunitat, una persona a la que el mismo presdiente del Gobierno llamaba públicamente "amiga"? Las palabras "¡Rita, eres la mejor!" han quedado grabadas para la historia.

La resistencia numantina de Barberá a dimitir, tal y como se lo ha pedido más o menos explícitamente la plana mayor de su Partido, no se explica por una necesidad de salvaguardar su honra política. Hace tiempo que ya la perdió en los tribunales de las urnas y de la opinión pública, mucho más rápidos que los de Justicia.

Se explica porque no hay imputado en la Operación Taula que no estuviera bajo su mando directo o bajo su alargada sombra política. Porque los Rus, los Fuster, los Alcón y compañía nunca habrían existido en la vida pública valenciana si no se hubiera subido en el autobús que pilotaba desde 1976 un fenómeno político inigualable llamado Rita Barberá.

Sigue @martinalgarra

Mostrar comentarios