Los atascos de Madrid y Barcelona no son tan fuertes como creemos, según un estudio

Que amanezca con lluvias en cualquier gran ciudad española es sinónimo de grandes enfados en los conductores, ya que el atasco está asegurado. Sin embargo, según la empresa fabricante de GPS TomTom, estamos exagerando. Y es que según su ranking para medir la congestión del tráfico, Barcelona y Madrid se encuentran en los puestos 70 y 107, respectivamente.

El estudio realizado por TomTom sitúa en los primeros puestos de la lista a Estambul, México DF y Río de Janeiro. La ciudad turca tiene un nivel de congestión del 58%, la capital mexicana, 55, y la ciudad brasileña, un 51.

La primera ciudad española que aparece en la lista es Barcelona con un 27% de nivel de congestión, en el puesto 70 de la clasificación, siendo la única ciudad de la piel de toro entre las cien primeras de la lista. Madrid y sus temidos atascos no aparecen hasta el lugar 107, con un 21% de nivel de atasco, mientras que la otra española que aparece es Valencia, en el puesto 112 con un 20%.

TomTom considera que el "nivel de congestión" es cuando se alarga el tiempo de viaje con respecto a unas condiciones normales. La lista está realizada entre todas las ciudades del mundo con una población superior a los 800.000 habitantes.

En el 'top ten' aparecen otras ciudades como las rusas Moscú y San Petersburgo, o las brasileñas Recife o Salvador de Bahía. En el décimo puesto se encuentra la primera ciudad estadounidense, Los Ángeles, con un 39% de nivel de congestión. Algunas ciudades europeas, donde la percepción de atasco es también un motivo principal de conversación en los bares, se quedan fuera de las principales: tales son los casos de las italianas Roma o Nápoles, que aparecen en los puestos 13 y 53.

También es sorprendente el caso de ciudades como Berlín o Milán. La primera, con sus amplias avenidas y la segunda, con restricciones al tráfico en su almendra central, tienen un tráfico peor que el de las ciudades españolas.

En definitiva, si los conductores madrileños y barceloneses viviesen en Estambul o México D.F., posiblemente estarían continuamente al borde del infarto. Mucho más cerca de lo que están ahora.