La familia de un fallecido cumple su último deseo: Lanzar 10.000 dólares desde un helicóptero

    • Un vecino de Delaware (EEUU) quiso como última voluntad repartir 10.000 dólares en billetes de 5, 10, 20 y 50.
    • Un helicóptero sobrevoló el aparcamiento de un pub irlandés durante más de diez minutos.

Un helicóptero sobrevoló el aparcamiento y repartió 10.000 dólares en billetes.
Un helicóptero sobrevoló el aparcamiento y repartió 10.000 dólares en billetes.
Gorka Ramos

Los clientes de un pub irlandés de Lewes en Delawere (EEUU) disfrutaban tranquilamente de la comida cuando vieron como del cielo empezaban a caer unos reconocibles papeles verdes: billetes de 10 y 20 dólares.

Durante unos 10 minutos, un helicóptero sobrevoló el aparcamiento frente al restaurante y, tras la sorpresa inicial, todos acabaron saliendo del local para atrapar la mayor cantidad posible de dinero."Nadie se creía que estuviera pasando realmente. Oímos que gritaban que era dinero y, entonces, todo el mundo lo supo y corrió para recogerlo", ha explicado Kara Miele, una de las empleadas del restaurante Irish Eyes, como recoge WCVB.com.

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Según Miele, a pesar de que podría haberse dado una situación caótica, con billetes inundando el aparcamiento y las calles de alrededor, la gente se sintió tan contenta por el evento que no pelearon. Todo se quedó en un juego.

Lo que no podían imaginar tampoco es que ese acto respondía a la última voluntad de un vecino del pueblo. Leonard Maull, que era dueño de una tienda de cebos y aparejos para pescadores en Lewes. El anciano falleció el año pasado, dejando como encargo a su familia que repartiera 10.000 dólares desde un helicóptero.

El auditor y contable de Maull, Bill Berry, confirmó que se trataba de una última voluntad que dejó escrita en su testamento. Quería que se repartieran los 10.000 dólares en billetes de 5, 10, 20 y 50 entre desconocidos para provocar un momento de diversión. "Era su dinero y me figuro que puede hacer con él lo que quiera", ha afirmado Berry.

Además, el acto ha quedado guardado en la memoria de los afortunados, porque nadie se detuvo a sacar fotos en mitad de la competición por acumular 'dinero gratis'."Querría haber tomado alguna fotografía para demostrar que pasó, porque nadie te cree cuando cuentas que, literalmente, 10.000 dólares han caído del cielo", ha aseguradoBill Swords,dueño del pub.

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