LOS GIRASOLES TIENEN UN RELOJ INTERNO PARA SEGUIR AL SOL Y CRECER MÁS RÁPIDO

Un equipo de biólogos ha descubierto que los girasoles tienen un reloj circadiano interno, que actúa sobre las hormonas de crecimiento, para seguir el sol durante el día a medida que crecen y lo hacen porque así maduran más rápido. En ese momento, dejan de rotar y se orientan hacia el este porque capturan con más fuerza los primeros rayos solares matutinos.
Ésta es la conclusión de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California en Davis y de la Universidad de Virginia (Estados Unidos), y publicado este viernes en la revista ‘Science’.
“Es el primer ejemplo de reloj vegetal que modula el crecimiento en un entorno natural y tiene repercusiones reales para la planta”, afirma Stacey Harmer, profesora de Biología de las pPlantas en la Universidad de California en Davis y autora principal del trabajo.
En su fase de crecimiento, los girasoles comienzan el día mirando hacia el este y giran hacia el oeste con el transcurrir de las horas, para volver de nuevo hacia el este por la noche. Este comportamiento había sido descrito por científicos en 1898, pero hasta ahora se desconocía si se debía a los ritmos circadianos.
Hagop Atamian, investigador postdoctoral del laboratorio de Harmer y en colaboración con Benjamin Blackman, de la Universidad de Virginia, llevó a cabo experimentos con girasoles en el campo, en macetas al aire libre y en un lugar interior.
Atamian demostró que podía perturbar la capacidad de los girasoles de seguir el Sol atándolos en macetas para que no pudieran moverse, ya que en estos casos disminuyó su crecimiento.
Cuando las plantas fueron trasladadas a un lugar interior con una luz cenital inmóvil, continuaron su giro durante varios días, comportamiento propio de un mecanismo accionado por un reloj interno. Cuando la fuente aparente de iluminación se movía durante el día, los girasoles rastrearon el movimiento de forma fiable y regresaban por la noche al punto de partida de la luz artificial en un ciclo de 24 horas, pero no cuando eran 30 horas.
DOS MECANISMOS DE CRECIMIENTO
Para comprobar cómo los girasoles mueven sus tallos durante el día, Atamian puso puntos de tinta en ellos y los filmó con una cámara de vídeo para medir la distancia entre los puntos cambiantes. Cuando las plantas estaban siguiendo el Sol, el lado este del tallo creció más rápidamente que el oeste y por la noche el lado oeste creció más rápido.
Harmer apunta que existen dos mecanismos de crecimiento del tallo del girasol: el primero establece un tipo básico del crecimiento de la planta sobre la base de la luz disponible y el segundo, controlado por el reloj circadiano y la influencia de la dirección de la luz, hace que el tallo crezca más en un lado que en otro y, por lo tanto, permite el movimiento de este a oeste durante el día.
A medida que el girasol madura y la flor se abre, el crecimiento global se ralentiza y las plantas dejan de moverse durante el día y se asientan mirando hacia el este, lo que se debe a que el reloj circadiano asegura que la planta reaccione con más fuerza a la luz temprana de la mañana que por la tarde o la noche, por lo que poco a poco dejan de moverse hacia el oeste durante el día.
Por otro lado, los investigadores estudiaron por qué los girasoles maduros miran hacia el este. Cultivaron plantas en macetas y giraron algunos de ellos hacia el oeste. Con una cámara de infrarrojos, midieron las flores y encontraron que las plantas orientadas hacia el este se calientan más rápidamente por la mañana y atraen a cinco veces más insectos polinizadores, en tanto que pusieron un calentador portátil sobre las flores orientadas al oeste y comprobaron que esto atrajo más polinizadores. “A las abejas les gustan las flores cálidas”, señala Harmer.

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