"Tiene sobre todo un efecto de reconocimiento más que a la organización en sí, a muchos niños y jóvenes que han pasado por las 'aldeas infantiles' de España y todo el mundo y que son los verdaderos protagonistas porque gracias a su esfuerzo, a su ilusión y al trabajo que hacen, han superado las dificultades que la vida les había dado", ha declarado Puig a Europa Press.
Según afirma, es además "un espaldarazo para poner por unos días a la infancia en primer plano". "Tenemos que sensibilizar a la sociedad de que hay muchos niños en España y en el mundo que lo están pasando muy mal y que deberíamos hacer todos un mayor esfuerzo por ellos", ha comentado.
Asimismo, ha destacado el reconocimiento que supone para los mil profesionales y los cerca de 400 voluntarios que trabajan con la organización sólo en España y a los muchos que lo hacen en otros 124 países de todo el mundo en favor de la infancia y la juventud.
"Tener esta reconocimiento nos alegra y estimula el trabajo. En España es el mayor premio que recibido y nos sentimos muy orgullosos porque es muy prestigioso. A nivel internacional quizá algún día se pueda pensar en un Nobel, pero eso no afecta demasiado a nuestro día a día o a nuestro quehacer. Siempre se trabaja por lo que significa el proyecto y si vienen premios bien y si no, no pasa nada", afirma.
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