LAS FOCAS CAPUCHINAS TRANSMITEN SUSTANCIAS QUÍMICAS DE ORIGEN HUMANO A SUS CRÍAS

Algunas focas capuchinas pueden transmitir contaminantes ambientales como los perfluoroalquilos (PFAs, en sus siglas en inglés), que son de origen humano, a sus crías a través de la placenta y de la leche materna antes y después de nacer.
Así lo atestiga siete investigadores noruegos de la Sociedad de Toxicología y Química Ambiental, una organización formada por unos 6.000 miembros individuales e instituciones dedicada al estudio, el análisis y la solución de problemas ambientales y la gestión y la regulación de los recursos naturales.
En un estudio publicado en la revista ‘Environmental Toxicology and Chemistry’, los investigadores señalan que los PFAs son sustacias químicas empleadas en productos como textiles, alfombras, platos de papel y envases de alimentos, ya que repelen la grasa, el agua y las manchas, y son resistentes al calor. Desde que se descubrió que suponen un riesgo para la fauna y la salud humana, algunas se han eliminado, pero no han sido universalmente prohibidas.
Los científicos analizaron muestras de madres lactantes de focas capuchinas (‘Cystophora cristata’) y sus crías en la capa de hielo occidental de Groenlandia.
Estos animales son particularmente vulnerables a la exposición de los PFAs como depredadores marinos y la concentración de contaminantes aumenta con cada nivel de la cadena trófica. Los cachorros sólo se alimentan de la leche materna en sus tres o cuatro primeros días de vida, que es extremadamente rica en energía porque contienen entre un 60 y un 70% de lípidos, y los perfluoroalquilos son anfifílicos, es decir, tienen a unir las proteínas y los lípidos.
Los investigadores hallaron PFAs tanto en el plasma como en la leche de las madres y las crías analizadas. Pese a que sus concentraciones estuvieron dentro del rango de los niveles estudiados en otras especies de focas e inferiores a los umbrales de toxicidad para los roedores, aún no se conocen plenamente sus efectos sobre el desarrollo de las focas capuchinas.
En todo caso, sus consecuencias sobre el desarrollo se asocian con bajo peso al nacer y los mamíferos jóvenes son más susceptibles a los efectos tóxicos que los adultos, lo que podría ser perjudicial para las focas capuchinas.

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