LAS AVES DE CIUDAD TIENEN MÁS CRÍAS Y EVOLUCIONAN MÁS RÁPIDO QUE LAS DE CAMPO

Las poblaciones de aves que logran vivir en las ciudades tienen más descendencia, cambian sus hábitos, evitan que otras especies similares se acerquen y se aíslan del resto, paso previo a la aparición y desarrollo de una nueva especie.
Así lo han constatado investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC, tras comparar 50 pares de especies similares que tienden a vivir en la ciudad y en el campo.
Según el investigador del MNCN Mario Díaz, “la especie que llega primero termina colonizando el nuevo nicho ecológico que ofrecen las ciudades y evita que especies próximas entren en él”.
Las ciudades son medios hostiles para la mayoría de los animales, pero también ofrecen ventajas, como la mayor cantidad de comida disponible, la presencia de menos depredadores o un ambiente menos frío, indicó.
"Sin embargo, son pocas las especies que logran colonizar estas áreas", prosiguió, "y aquellas que lo consiguen, cambian sus hábitos, se vuelven más permisivas a la presencia humana y tienden a excluir competitivamente a especies similares. A escala de población, esto podría acelerar su aislamiento y favorecer su futura especiación”.
A su juicio, “las poblaciones de aves urbanas terminan criando antes y más, se vuelven más tolerantes a la gente y sufren menos tasas de parasitismo y depredación”.
“Se trata de un proceso de evolución rápida que puede llevar a la aparición de nuevas especies en menos tiempo del habitual", ya que “los individuos que logran aprovechar las ventajas del nuevo entorno crían antes que los individuos próximos que viven en el campo y tienen más descendencia”.
En opinión de Mario Díaz, “estamos asistiendo a un fenómeno de microevolución empujado por los ecosistemas urbanos”.

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