El análisis también ha apuntado a una gestión inadecuada de los bosques caducifolios que "está haciendo difícil" que encuentre cavidades naturales disponibles para hacer el nido y que esta fragmentación induce al nacimiento de más machos, el sexo dispersor y que puede llegar a hábitats más favorables y encontrar nuevas hembras, según ha informado el Creaf este miércoles en un comunicado.
El trabajo se ha basado en la comparación de dos poblaciones de este roedor en los parques naturales del Montseny y el Montnegre: en el primer caso, las conexiones con otras poblaciones ha permitido un equilibrio de ambos géneros, y en el segundo, "el ecosistema está perjudicado", ha señalado una de las autoras del estudio, Mariona Ferrandiz.
Además, ha apuntado el especial interés de estas especies en la zona al criar cada año, cuando en Europa es más frecuente que se críen sólo en años de clima y alimentación óptima.
Ha precisado que el cambio climático y la modificación de usos del suelo en el Montnegre, con la explotación intensiva del roble, les está perjudicando, y ha determinado que "no es útil" la estrategia de procrear más machos por estar en un área en la que predomina el bosque mediterráneo, desfavorable para construir sus nidos.
Ferrandiz ha indicado que "dormir como un lirón les será cada vez más difícil", recordando que este mamífero puede vivir hasta nueve años, gracias a esta faceta dormilona que usan como mecanismo para resistir en situaciones ambientales complicadas.
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