El insecto gigante que cabe en una nuez y sobrevive en un árbol

  • El insecto palo de la Isla de Lord Howe, en Australia, se creyó extinto en el siglo XX pero fue redescubierto en 2001. Llega a medir hasta 15 centímetros de largo y a pesar unos 25 gramos.
Carlos Organista

No es la especie más bella del planeta; de hecho, es llamado a menudo "el insecto más raro del mundo". Sin embargo, su historia de supervivencia y de nacimiento mantiene impresionados a biólogos y curiosos que se acercan al zoológico de Melbourne para conocerle. Un secreto viviente, que permaneció oculto en un pequeño árbol durante más de 80 años.

Lo primero que llama la atención es su nacimiento: estos insectos 'gigantes' nacen de color verde y provienen de huevos que parecen del tamaño de una nuez. Incuban como si fueran contorsionistas y, llegado el momento de ver la luz, enfrentan algunas dificultades para sacar por completo sus seis patas.

Son insectos nocturnos, sin alas, que se alimentan de una especie de arbusto. Pueden llegar a medir hasta 15 centímetros y a pesar 25 gramos. Las investigaciones son todavía incipientes y su origen permanece incierto. Aunque la historia sobre su desarrollo, registrada durante el último siglo, es fascinante.

Supervivencia en la oscuridad

A principios del siglo XX, el insecto palo era una especie endémica de la Isla de Lord Howe, a 600 km de Australia. Los primeros pobladores le llamaban "langosta árbol" por su dureza y tamaño, tan grande como una mano humana. Los pescadores los colocaban en sus anzuelos y los usaban como carnada, según describe el sitio de la Radio Nacional Pública (NPR) de Estados Unidos.

En 1918, un barco británico encalló cerca y tuvo que ser evacuado. Algunas ratas negras que venían a bordo lograron llegar a la isla y tiempo después descubrieron el suculento manjar de la localidad. Dos años bastaron para exterminar a los insectos palo gigantes. En 1960, después de casi cinco décadas sin avistamientos, el Dryococelus australis se declaró extinto.

Por razones aún inexplicables, algunos miembros de la especie lograron llegar a la "Pirámide de Ball", los restos de un volcán formado hace siete millones de años que se ubican a 20 kilómetros de la isla. Allí permanecieron ocultos bajo el cobijo de un pequeño árbol, a unos 225 metros sobre el nivel del mar.

En 2001, guiados por algunos rumores de cadáveres de insectos encontrados, dos científicos australianos visitaron el lugar y encontraron una pequeña colonia de no más de 30 insectos.

Dos años después, un grupo de especialistas visitó la zona y cogió dos parejas reproductoras para llevarlas al zoológico de Melbourne. En este sitio lograron incubar cientos de huevos y desde entonces estudian de cerca a esta peculiar especie que sobrevivió en la oscuridad y que, en un futuro, podría ser regresada al lugar donde se les vio por primera vez.

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