Han pasado cinco días desde que la tierra tembló en Ecuador. Cinco largos días en los que la esperanza de encontrar a alguien con vida disminuye: “sigo buscando a mis primas” cuenta a www.lainformacion.com el periodista ecuatoriano Sebastián Ríos. “Es una ciudad en ruinas”, describe desde Portoviejo, una de las localidades más afectadas por el seísmo.
Entre los bienes más preciados en el país se encuentra el agua. Es uno de los productos que mas escasean. La población sale con tanques plásticos, baldes, bidones y pancartas: “queremos agua” se lee en los letreros.
Los afectados por el terremoto del pasado sábado salen a la calle, desesperados, después de consumir las reservas de ese líquido que guardaba en casa. Por necesidad y para aseo personal piden agua. “Una botella de agua pude llegar a costar 6$ americanos, cuando antes costaba 0,8 o 1 dólar como mucho”, cuenta Sebastián. “Poco a poco, empieza a llegar agua, pero en pocas cantidades”, explica a este medio desde la zona cero del seísmo.
Es tal la necesidad actual que las autoridades han pedido a la gente donar agua y comida en lugar de ropa. Incluso, el Gobierno ha pedido a las empresas que entreguen su producción. La necesidad obliga a los damnificados a recorrer las carreteras e incluso esperar horas en las filas de reparto de alimentos para conseguir un poco de agua embotellada. Además, el precio de alimentos básicos como los huevos o el arroz se ha disparado. Las autoridades del país esperan que hoy, poco a poco, mejore la distribución de ayuda humanitaria.
Ya hay talleres para construir féretros porque escasean
Detrás de cada número, de cada cifra oficial se esconde una historia, una vida rota por este devastador sufrimiento. Muchas personas tienen que ser veladas en las calles, entre escombros o en medio de iglesias destrozadas porque no hay ataúdes suficientes para velar los cuerpos. Juan Francisco Valero, junto a su amigo arquitecto Adolfo Klaere, decidieron cambiar la realidad de estas familias y comenzaron a fabricar ataúdes.
Mensajes de apoyo en las conservas
Conservas, ropa y hasta productos de limpieza son la pizarra en la que la gente envía mensajes de apoyo a los damnificados. “¡Ánimo! No están solos” es una de la frases que llevan los víveres, ropa y demás suministros que los ciudadanos de Quito comparten para ayudar a los damnificados.😇😊Una foto publicada por Mónica Carriel Gómez (@monicacarriel) el 20 de Abr de 2016 a la(s) 2:37 PDT
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