La Justicia de Brasil retira al juez que investigaba a Lula por la corrupción en Petrobras

  • Teori Zavascki, magistrado del Supremo Tribunal Federal de Brasil, ha decidido que la cause regrese a la máxima corte del país.

    El ex primer mandatario tiene varias causas abiertas en su contra y la Fiscalía de Sao Paulo pidió su prisión preventiva.

Lula Da Silva.
Lula Da Silva.
D.C.

Son tiempos convulsos y revueltos en Brasil. Cada día asoman novedades que impactan como estruendos para los habitantes del país sudamericano. La colosal causa de corrupción de Petrobras, que acorrala a la presidenta Dilma Rousseff y al ex primer mandatario Lula Da Silva, acaba de dar un nuevo giro.  

Un magistrado del Supremo Tribunal Federal de Brasil ha retirado de la investigación que pesa sobre Lula da Silva al juez Sergio Moro. Éste era el máximo responsable de conducir el caso de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.

Teori Zavascki ordenó que la misma retorne a la máxima corte del país. Además el magistrado, relator del caso Petrobras en el supremo, aceptó una solicitud presentada por el Gobierno que apuntó irregularidades en la divulgación de las escuchas telefónicas de conversaciones entre Lula y su sucesora y ahijada política, Dilma Rousseff.

Esas escuchas han desatado uno de los últimos escándalos en Brasil, tras una sucesión interminable de capítulos oscuros que se ciernen sobre el Gobierno del país sudamericano. Millones de personas han salido a las calles para exigir la destitución de Rousseff y hasta el arresto de Lula, mientras que otros miles han respondido con otras concentraciones en su apoyo.

De todas formas, la decisión de Zavascki no deroga la determinación de su colega del supremo Gilmar Mendes que el último viernes suspendió el nombramiento de Lula como ministro de Presidencia, un cargo que le concedería fuero privilegiado e 'inmune' ante la denuncias.

El ex mandatario tiene varias causas abiertas en su contra y la Fiscalía de Sao Paulo pidió su prisión preventiva tras acusarlo formalmente de delitos de lavado de dinero y falsificación de documentos.

En el fuego cruzado de acusaciones y recursos judiciales, Lula da Silva quiere retornar a toda costa al Gobierno brasileño. No cesa por ahora en su empeño: es el segundo cargo más importante (el primero es el de la presidenta Dilma Rousseff) en el Ejecutivo, que le supondría inevitables 'beneficios'. Su estrategia resulta evidente, pero el final de esta historia resulta aún incierto.

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