Seis años de la guerra en Siria: 2016, el peor año para los niños

Seis años de la guerra en Siria: 2016, el peor año para los niños
Seis años de la guerra en Siria: 2016, el peor año para los niños

“La magnitud del sufrimiento no tiene precedentes. Millones de niños de Siria son víctimas de ataques a diario, sus vidas están del revés”. Con estas palabras se refiere el director regional de Unicef en Oriente Medio a la situación que atraviesan los niños en Siria. Muchos de ellos no conocen nada más que la guerra.

La guerra en Siria se ha convertido en uno de los conflictos más sangrientos de los últimos años. Ambos bandos han cometido atrocidades, nunca antes vistas en un conflicto armado. Bombas de barril, ataques químicos, bombardeos…la destrucción sistemática durante seis años de guerra tiene consecuencias que tardarán décadas en resolverse.

Este miércoles se cumplen seis años del inicio de las protestas contra el presidente de Siria, Bashar al Assad, que echaron a las calles a miles de sirios al calor de las llamadas primaveras árabes en Egipto y Túnez, pero que en Siria desencadenó un conflicto que parece no tener fin.

Con motivo de este triste aniversario, Unicef alerta de que el año pasado se batió el récord de violaciones contra los niños por la intensificación de la violencia en el país. “Tras seis años de guerra la situación de los niños de Siria es insostenible”, señala Javier Martos, director ejecutivo de Unicef Comité Español.

Lejos de pacificarse, este 2016 ha sido uno de los años más duros del conflicto, especialmente para los más pequeños, los más vulnerables. Los casos verificados de asesinatos, mutilaciones y reclutamiento de niños aumentaron considerablemente el año pasado, debido a la drástica intensificación de la violencia en el país. Batallas como la de Alepo han contribuido al aumento de estas atrocidades.

Según Unicef, al menos 652 niños fueron asesinados, un 20% más que en 2015, lo cual convierte a 2016 en el peor año para los niños de Siria desde que en 2014 se empezaron a verificar oficialmente las víctimas infantiles. De ellos, al menos 255 fueron asesinados en o cerca de una escuela. En Siria, ir al colegio se ha convertido en un peligro de muerte. Algo tan básico y esencial en la infancia como es ir al colegio puede ser la sentencia de muerte para los más pequeños.

Además, más de 850 niños fueron reclutados para combatir en el conflicto, más del doble que en 2015. Los niños están siendo utilizados y reclutados para luchar directamente en primera línea; cada vez participan más en el combate, en casos extremos como ejecutores, terroristas suicidas o carceleros.LINVID20170313_0001

Por último, desde Unicef también denuncian que ni los hospitales o centros médicos son lugares seguros para los niños. Solo en 2016, se produjeron menos 338 ataques contra hospitales y personal médico.

Los seis años de guerra se estima que han provocado pérdidas para la economía por valor de 240.000 millones de euros. Siria es un país sin infraestructuras, sin economía, sin vida. Más allá de las bombas, las balas y las explosiones, los niños están muriendo en silencio, a menudo debido a enfermedades que de otra manera se habrían prevenido fácilmente.

El acceso a atención médica, suministros vitales y otros servicios básicos sigue siendo muy difícil. De todos los niños de Siria, los más vulnerables son los 2,8 millones que se encuentran en las zonas de difícil acceso. De ellos, 280.000 viven bajo asedio, casi completamente aislados de la ayuda humanitaria.

Ellos y sus familias están aislados del mundo exterior, rodeados de grupos de combatientes que utilizan el asedio de forma contra la población civil como arma de guerra, impidiendo que alimentos, medicinas, combustible y otros suministros esenciales entren y que las personas huyan. En medio de la espiral de atrocidades en Siria, estos niños están entre los más vulnerables.Familias desesperadas casan a sus niños o les empujan a trabajar 

Dentro de Siria y más allá de sus fronteras, la desesperación está empujando a las familias a adoptar medidas extremas para sobrevivir, empujando a los niños al matrimonio o al trabajo infantil. En más de dos tercios de los hogares los niños trabajan para apoyar a sus familias, a veces en condiciones extremadamente duras incluso para los adultos.LINVID20170313_0002

Y sin embargo, pese al horror y al sufrimiento, todavía hay historias extraordinarias de niños decididos a perseguir sus sueños y aspiraciones. Darsy, de 12 años, refugiada en Turquía, lo demuestra: “Quiero ser cirujana para ayudar a la gente de Siria enferma y herida. Sueño con una Siria sin guerra, para poder volver a casa. Sueño con un mundo sin guerras”.

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