Michael, un hombre de 44 años, paciente cardiaco, sufrió un ataque al corazón a las tres horas de empezar en su nuevo trabajo. Era el tercero que sufría en los últimos meses. ¿Cuál es el problema? La evaluación del servicio de desempleo le otorgó cero puntos cuando fue tratado, lo que le impedía recibir cualquier tipo de subsidio.
"Sabíamos que estaba demasiado mal, le enviamos 11 cartas sobre su condición a los consultores y al hospital, pero lo declararon apto para trabajar. Casi lo matan, estoy tan enojada por eso", declara su mujer Emily.
Michael ya había sufrido dos ataques cardíacos, y se desplomó con un tercero el día en que empezó a trabajar como conductor.
Por si fuera poco, Emily, que trabajaba como cajera en un supermercado, se vio obligada a dejar de trabajar tras ser diagnosticada la enfermedad de Crohn. Ahora espera volver a trabajar tan pronto como esté bien otra vez.
"Sólo éramos personas normales con puestos de trabajo, tenemos una hipoteca, esto puede suceder a cualquiera, pero la forma en que somos tratados por el gobierno es espantosa", asegura a The Mirror.
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