El hombre que mejor conoce al asesino Breivik

  • Es el inspector de policía que visitó la isla de Utoya con el asesino confeso de Noruega. Ahora atiende las sesiones del juicio contra Anders Breivik para advertir cuando el terrorista se contradice en sus declaraciones.

Nadie sabe qué se le pasa exactamente por la cabeza al peor asesino al que se ha tenido que enfrentar Noruega. Solo sus iguales pueden llegar a intuir qué hizo que Anders Behring Breivik decidiera matar un día a 77 personas. Pero hay un hombre que tiene una información privilegiada gracias a la que conoce mejor la mente de este terrorista noruego que pide que no se le tome por loco.

Fue el pasado 13 de agosto de 2011 cuando el inspector de policía Geir Egil Loken acompañó a Breivik en su paseo por la isla de Utoya, donde había matado a 69 personas. Breivik reconstruyó orgulloso su macabra hazaña durante ocho horas, como informarían después las autoridades.

Decenas de agentes fueron con el asesino ultraderechista a la isla del horror, dos agentes grababan y filmaban su relato de los hechos... y trascendió la identidad de uno de ellos (el que según varios medios noruegos no se despegó de él). Fue Loken.

No fue una reconstrucción al uso, porque después de más de 50 horas de interrogatorio el asesino ya había proporcionado numerosos detalles, explicó el portavoz de la policía.

Ataviado con una gorra de lana y un chaleco antibalas que cubría su camisa de leñador, Loken sometió a un nuevo interrogatorio a Breivik. Tuvo que oír de su boca cómo se había ensañado con los participantes en el campamento juvenil del Partido Laborista noruego en el mismo lugar que pisaban.

Discreto héroe para Noruega

"Tiene su estilo particular para hacer que la gente se abra, es un poco como Colombo", declararon entonces fuentes cercanas al inspector a la revista local VG. Originario de la localidad Norfjordeid en la zona de los famosos fiordos noruegos, trabajó en jardines de infancia y como cuidador en un centro psiquiátrico antes de licenciarse como policía en 1997.

Como si de un nuevo héroe hecho a medida para los noruegos se tratara, el retrato de este joven en torno a la cuarentena se completa con su estancia como casco azul en Pristina (Kosovo) en 2006, de acuerdo con las mismas fuentes.

La policía denunció públicamente (en el diario Aftenposten) la publicación de estos detalles personales en la revista VG una "falta de ética" por producirse en plena investigación y citando fuentes anónimas. Así confirmó implícitamente la veracidad de la información de la que después se hicieron eco otros medios noruegos.

Y es que la información oficial se limita a decir que es el policía que dirigió el interrogatorio de Breivik en la reconstrucción de Utoya. También se sabe que ahora ejerce como testigo en el juicio que mantendrá a Oslo en vilo más allá de las ocho semanas y media que quedan de audiencias en el tribunal.

Ojo avizor para ayudar a los fiscales

Loken se sienta junto a tres compañeros en una sala contigua a la del juicio que se celebra en Oslo, explicaba Der Spiegel recientemente. Allí atiende a través de grandes pantallas el transcurso del juicio y avisa a los fiscales cuando descubren una contradicción entre las declaraciones pasadas de Breivik y las que realiza en la sala.

"Tenemos todos los documentos en un sistema informático propio", explicó recientemente Kenneth Wilberg, compañero de Loken, al medio alemán. "Impresas tenemos 120 carpetas de actas con 500 páginas cada una", añadió.

220 horas de interrogatorio, 60.000 páginas de informe policial y un total de diez semanas de juicio buscan darle un sentido al doble atentado con el que Breivik arrebató la vida a 77 personas el pasado 22 de julio. Loken puede ser una pieza clave para que el tribunal decida declarar al terrorista enfermo mental o no. De eso se trata ahora.

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