La Obamacare: un éxito entre hispanos y negros que hunde a los demócratas

    • La tasa de ciudadanos que no disponen de este servicio ha descendido 2,2 puntos en abril después de que la reforma sanitaria estadounidense cerrase su período de inscripciones.
    • El 'proyecto estrella' del presidente, que ha conducido a un hito histórico de asegurados, sigue sin embargo lastrando a los demócratas de cara a las próximas legislativas.
Los abanderados de la reforma sanitaria defienden que la sanidad debe ser un derecho universal. GlobalPost.
Los abanderados de la reforma sanitaria defienden que la sanidad debe ser un derecho universal. GlobalPost.
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La caída de la web de la reforma sanitaria, el reticente arranque en la contratación de seguros médicos y la feroz oposición plantada por el Partido Republicano al 'proyecto estrella' de Barack Obama han podido merecer la pena para el presidente de Estados Unidos.

Un nuevo informe realizado por Gallup recoge este lunes que la tasa de estadounidenses no asegurados ha descendido en 2,2 puntos en el mes abril respecto al primer trimestre del año, un reflejo probable de la prisa con la que algunos ciudadanos actuaron cuando el plazo de inscripción para las contrataciones de 2014 estaba a punto de expirar. De lo contrario, muchos se arriesgaban a tener que pagar una cuota anual en sus impuestos para sufragar los gastos del nuevo programa.

La cifra de inscripciones, que finalizaron el pasado 31 de marzo y alcanzaron la cifra de 6 millones de participantes en el programa, supone un hito en la aplicación de la reforma, ya que se trata de la tasa de personas sin asegurar más baja desde enero de 2008, cuando Gallup comenzó a hacer un seguimiento de estas cifras junto a Healthways. Y curiosamente, apenas un año antes, en marzo de 2013, se había registrado la más alta, que alcanzó un 18%.

Según recoge el informe de Gallup, las minorías han sido las que más se han inscrito en el nuevo programa: en abril, la tasa de no asegurados descendió especialmente entre la población afroamericana (-7.1 puntos) e hispana (-5.5). Era de esperar, en todo caso, que este último grupo fuese uno de los más beneficiados por la reforma, ya que se trata del sector menos asegurado de toda la ciudadanía -a día de hoy, un 33,2% de hispanos no disponen de ningún tipo de cobertura sanitaria-.

La bajada también se percibió con más fuerza entre los estadounidenses con rentas bajas. En concreto, los ciudadanos que perciben menos de 36.000 dólares anuales sin cobertura ya son un 25,2%, cinco puntos y medio menos que en el cuarto trimestre de 2013.

El descenso también se notó en los estadounidenses de entre 18 y 25 años, que vieron decrecer el porcentaje de no asegurados en 4.5 puntos; y sorprendentemente siguió bajando en la franja de edad de entre 35 y 64 años, donde cayó 4.8 puntos.

La Obamacare, que busca garantizar una asistencia sanitaria de calidad a un precio razonable para millones de estadounidenses, convivirá a partir de ahora con otros dos programas estatales con más recorrido: el Medicaid (para personas con bajos ingresos) y el Medicare (orientado a ciudadanos mayores de 65 años o más jóvenes pero con graves problemas de salud).Inconveniente electoral

Pese a los avances, los sectores más liberales de la sociedad estadounidense siguen sin ver con buenos ojos la reforma sanitaria. Tanto que puede suponer un lastre para las próximas legislativas de noviembre, en las que los republicanos parten con ventaja según la última encuesta electoral elaborada por el Pew Research Center para USA TODAY.

El sondeo revela que un 47% de los votantes registrados apoyan al candidato republicano en su respectivo estado, frente a un 43% que votarán al candidato demócrata. Aunque estos comicios no un reflejo exacto de lo que podría ocurrir en las presidenciales de 2016 -en las que Obama se retirará de la carrera-, sí que evidencian cómo la reforma sanitaria ha supuesto un lastre para la popularidad del presidente -ahora anclada en el 44%- y la de su propio partido.

La encuesta resalta, de hecho, la relevancia que la Obamacare tiene en las urnas para los votantes. A día de hoy, un 55% de los estadounidenses se muestra en desacuerdo con la legislación sanitaria, un porcentaje que se situaba en torno al 40% a mitad de 2012. El Partido Republicano supone un frente firme frente a la reforma, con un 88% de opositores; mientras que tres de cada cuatro demócratas se muestran a favor.

El apoyo o rechazo a la reforma sanitaria depende en gran parte del nivel educativo de los votantes, ya que la desaprobación de la ley está más extendida entre las personas sin educación superior (un 58%) que por los que sí la poseen (40%). La opinión pública también está dividida sobre la duración que tendrán estas medidas: un 49% considera que las medidas de la Affordable Care Act se mantendrán con el tiempo, mientras que un 43% opina que "probablemente se eliminarán".

Las razones del rechazo listadas por el Pew Resarch Center son muy diversas, aunque la mayoría coincide en que el intervencionismo del gobierno en el cuidado de la salud es su principal razón para oponerse (un 80% así lo afirma). Un 76% asegura que los costes que el país tendrá que afrontar debido a la reforma son muy altos, y a un 58% no le gusta que se le obligue a contratar un seguro médico.

La oposición, en general, es más fuerte que la aprobación de la ley, ya que un 43% de los encuestados se muestran "muy en desacuerdo" con la reforma, frente a un 26% que están "muy de acuerdo" con ella.

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