¿Por qué Alemania no se implica en Libia?

  • Alemania había aceptado, junto con el resto de la Unión Europea, a los rebeldes libios como el "interlocutores válidos" del país que aún controla Gadafi. Pero a la hora de votar en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la zona de exclusión aérea, ha preferido abstenerse. ¿Por qué? La clave parece estar en su experiencia en Afganistán.

Westerwelle rechaza una intervención militar "contraproducente" en Libia
Westerwelle rechaza una intervención militar "contraproducente" en Libia

El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Guido Westerwelle, ha recalcado en un comunicado posterior a la resolución de la ONU que "las tropas germanas no tomarán parte en una operación militar en Libia". Aún así ha insistido en su llamamiento a Muamar al Gadafi para que cese en sus ataques contra la población civil y asegura que entiende los "honorables motivos" de quienes han votado a favor de la zona de exclusión aérea.

Rusia y China, que tenían derecho a veto, al final no lo han ejercido y se han limitado a abstenerse para permitir ataques aéreos sobre Libia antes de Muamar al Gadafi se lleve por delante la que pretendía ser la tercera revuelta democrática exprés del mundo árabe. India y Brasil se han puesto también de su lado.

Pero, ¿por qué Alemania, miembro de la UE, y que oficialmente ha reconocido a los rebeldes como los interlocutores válidos de Libia no quiere una zona de exclusión aérea?

Alemania opina que la resolución aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU sobre Libia conlleva "peligros y riesgos considerables". El país que gobierna Angela Merkel no tiene derecho a veto, por lo que su 'no' explícito no habría evitado la zona de exclusión aérea, aunque sí habría hecho que la votación fuera más ajustada: el mínimo son nueve votos a favor mientras ningún miembro con derecho a veto se oponga y fueron diez los países que votaron 'sí'.

Westerwelle ya dijo hace dos semanas que consideraba "contraproducente" una intervención militar en Libia, aunque en aquel momento centró su argumento en que lo esencial era sacar del país a sus ciudadanos. Ese mismo día, el 3 de marzo, Alemania cerraba su embajada en Trípoli y solo quedaban 50 alemanes de una colonia de 600 en el país, según la propia cancillería.

El problema es que Alemania ya tiene otro frente militar abierto, el de Afganistán. Y ya le ha creado suficientes quebraderos de cabeza (con una polémica matanza de decenas de civiles durante un bombardeo en Kunduz), con cientos de soldados desplegados y casi 50 de ellos muertos en combate (dos de ellos el pasado febrero). De hecho, la oposición en Alemania se ha mostrado satisfecha con la decisión del Ejecutivo germano sobre Libia.

El portavoz de los socialdemócratas alemanes, Sigmar Gabriel, ha dicho que "una acción militar en el país del mandatario Muamar al Gadafi implica una escalada del peligro", según recoge el diario Frankfurter Allgemeine.

"Quien entra en un país, debe saber cuándo acabará la intervención y la experiencia en Afganistán demuestra cuán difícil es esto", ha explicado el representante del principal partido de la oposición en Alemania.

Ahora, los medios alemanes apuntan a que Alemania podría ofrecer incrementar su vigilancia aérea en Afganistán con aviones AWACS para liberar a EEUU de cara a las operaciones en Libia.

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