Un nuevo terremoto sacude Ametrice y ascienden a 278 las víctimas en Italia

  • Otro temblor, de 4,3 grados, ha vuelto a sembrar el pánico este mediodía en el centro del país. Ya se han originado más de 460 réplicas. El número de heridos asciende al menos a 387.

    Cinco mil personas continúan con las labores de búsqueda de supervivientes, ya que habría cientos bajo los escombros. La Fiscalía de Rieti, en tanto, ha abierto una investigación por presunto desastre doloso.

Una imagen desoladora del terremoto en Italia.
Una imagen desoladora del terremoto en Italia.
Diego Caldentey / Agencias

Con el correr de las horas, Italia cuenta más muertes, heridos y supervivientes. También réplicas y temblores... O historias de superación, hazañas y rescates conmovedores de entre los escombros. Suele ocurrir en tragedias de esta índole: los medios de comunicación repiten una y otra vez la estadística de fallecidos, las autoridades y fuerzas de seguridad actualizan esa nómina y el aire se impregna de desasosiego.

Al momento de estas líneas, los muertos por el terremoto ocurrido el pasado miércoles, que estremeció el centro de Italia (cebándose principalmente con las pequeñas localidades de Amatrice y Accumoli, en la región del Lacio, y en Arquata del Tronto) son ya 278. Por otra parte, 387 personas permanecen heridas en diversos hospitales de la región.

Entre las víctimas se encuentra Ana Huete, granadina, de 27 años, que ha perdido la vida en la localidad de Illica. Regentaba una pizzería junto a su marido italiano y sus sueños quedaron triturados entre los espasmos del seísmo.

El Consulado de España ha habilitado un teléfono para atender las llamadas relativas al terremoto. El teléfono es +39 335 33 34 38. De momento no hay indicios que otros compatriotas españoles se encuentren entre los heridos, desaparecidos o fallecidos.

Pero hay datos aún más escalofriantes que van surgiendo. El terremoto de 6 grados de magnitud en la escala abierta de Richter, con epicentro en el pueblo de Accumoli e hipocentro a cuatro kilómetros de profundidad, se produjo a las 03.36 horas del miércoles, cuando la inmensa mayoría de los pobladores de las zonas devastadas dormían.

No hubo casi tiempo de reacción. Por eso la búsqueda de desaparecidos es tan incesante, y por este motivo se sospecha que son cientos quienes aún permanecen bajo los escombros. Algunos, milagrosamente, tal vez respiren. Otros, muchísimos otros... mejor ni imaginarlo, aunque resulta imposible construir esperanza en momentos de tanta zozobra.

Al movimiento de tierra originario le siguieron varias réplicas, como suele suceder en estos casos. Se sintieron incluso en las entrañas de Roma, aunque el foco fue localizado a unos 150 kilómetros de la capital, según el Servicio Geológico de Estados Unidos cerca de Norcia, una ciudad de la región de Umbría.

Una investigación judicial en marcha se extiende en paralelo a las labores conmovedoras de rescate de bomberos, voluntarios y fuerzas de seguridad italianas. Son 5.000 quienes trabajan en las operaciones de rescate, según fuentes de Protección Civil citadas por Reuters.

Estos hombres intentan desesperadamente salvar vidas y hallar cadáveres para que sean sepultados por sus deudos como corresponde, no aplastados por piedras, tierra y hormigón.

Por el otro, la Fiscalía de Rieti (también en el centro de Italia) acaba de abrir este jueves una investigación preliminar por un presunto desastre doloso. Al parecer, existen indicios contundentes de daños en edificios que habían sido reestructurados recientemente. La escuela de Amatrice, por ejemplo, había sido reestructurada en 2012 para que respetase las normas sísmicas tras un temblor registrado en 2009. Sin embargo, este centro educativo es ahora una montaña de escombros.

El jueves por la noche, el gobierno italiano decretó el estado de emergencia en las regiones afectadas y anunció una partida de 50 millones de euros para paliar los daños del sismo.

También el campanario de Accumoli, que fue sometido a intervenciones antisísmicas y que se derrumbó completamente. ¿Por qué ha ocurrido eso, si se destinaron más de 700.000 euros para reestructurar la escuela y otros tantos para el campanario? Protección Civil había puesto a disposición otros dos millones de euros para que algunos edificios de la región, como el hospital, respetasen las indicaciones antisísmicas, pero que nunca fueron utilizados.Más de 470 réplicas

El corazón de Italia es un remolino geológico que, cada tanto, despierta como monstruo voraz. El nuevo desastre desnuda una vez más la fragilidad de la infraestructura del centro del país, tanto en sus edificios modernos como en los antiguos.

Para quienes viven encima de ese nervio italiano los terremotos no son novedad en absoluto. Pero aseguran que la tremenda cantidad de réplicas desde el miércoles a hoy es realmente inusual. En total ya se han producido más de 470 temblores secundarios y posteriores, casi todos de entre tres y cuatro grados. El último, registrado este mediodía, de 4,3 grados, ha vuelto a sembrar el pánico en el centro de Italia.

En verdad, ha llovido sobre mojado. O, mejor dicho, ha pulverizado lo ya derrumbado. Otra vez en Amatrice la gente ha comenzado a correr a lugares abiertos y los agentes de seguridad y médicos se han movilizado en las inmediaciones del parque municipal, donde miles de vecinos permanecen a la intemperie desde el miércoles. Esta réplica ha durado apenas unos segundos, pero la furia de la naturaleza es demoledora en cada milésima de tiempo.Las voces del espanto... y de los héroes anónimos

Por estas horas, las radios, diarios, las publicaciones digitales, la televisión y todos los espacios mediáticos italianos se esfuerzan en reproducir las voces de quienes perdieron todo, y las historias de vida quienes se erigen como héroes anónimos en momentos extremos. También de supervivientes.

"Era una chica preciosa", dice por teléfono, desde algún lugar, la periodista romana Sabrina Fantauzzi, quien es prima segunda de la pareja de la española Ana Huete. "Vivían en una casa muy grande, muy bomita en el pueblo, que se ha derrumbado por completo", explica la mujer, aún en shock.

Conmueve el caso de Giorgia, una niña de ocho años rescatada de entre los escombros de su casa en Pescara del Tronto después de 16 horas. Respiró aterrada, como podía, durante 16 horas junto al cadáver de su hermana, "Tuvimos que escarbar con las manos durante horas. Fue una gran alegría el poder salvarla, me quedo con eso", ha afirmado Angelo Moroni, el bombero que devolvió a la vida a la pequeña.

"Cuando llegué a la calle vi el pueblo, mi vida, destrozado", relata en un hilo de voz Daniele, de 30 años y vecino de Amatrice, uno de los tantos supervivientes que todavía no pueden creer lo ocurrido.

Habrá más relatos, y también muchas más lágrimas en los próximos días. Italia volverá a levantarse, a renacer, seguramente, con las secuelas profundas de una desgracia más a cuestas. Otra opción no queda. Ahora solo falta implorar a que la furia de la Tierra se detenga, sin más réplicas ni sismos, y que la mayor cantidad de personas que aún no han sido rescatadas, pero permanecen con vida, y los heridos, puedan sobrevivir.

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