Zetas: los psicópatas de la droga sobreviven a las carnicerías

  • La Policía federal mexicana y en el Ejército consideran a los Zetas el mayor problema en la guerra de las drogas. Por ello han lanzado una campaña contra ellos, lo que ha provocadocientos de muertes. Pero pese a la carnicería, los Zetas continúan reclutando a más tropas y luchando por dominar el narcotráfico
Detenido el presunto jefe de los Zetas
Detenido el presunto jefe de los Zetas
Ioan Grillo, Ciudad de México (México) | GlobalPost
Ioan Grillo, Ciudad de México (México) | GlobalPost

Los vecinos de la ciudad de Fresnillo, en el noreste de México, tuvieron que refugiarse dentro de sus casas mientras la Policía federal y los pistoleros de los cárteles se enfrentaban a tiros en las calles. Cuando el tiroteo terminó, los que fueron lo suficientemente valientes como para echar un vistazo a la calle vieron los cadáveres de nueve matones desperdigados por el cemento.

La Policía dijo que las muertes, ocurridas la semana pasada, son el último golpe contra los Zetas, un ejército criminal psicópata que lucha por el control del comercio de la droga de México y es responsable de múltiples secuestros, robo de petróleo y otras actividades delictivas.

Muchos en la Policía federal mexicana y en el Ejército consideran a los Zetas el mayor problema en la guerra de las drogas. Por ello han lanzado una campaña sostenida contra ellos, lo que ha provocado cientos de muertes como las de Fresnillo y miles de detenciones en los últimos meses.

Cárteles rivales también han atacado a los Zetas a lo largo del país, apilando cadáveres en las calles (como los 35 que fueron tirados en el estado de Veracruz) y asesinándoles en las cárceles.

Pero pese a la carnicería, los Zetas continúan fuertes, reclutando a más tropas y luchando por dominar el narcotráfico desde la frontera de Texas hasta las profundidades de Centroamérica.

Un informe difundido el uno de enero por la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) sostiene que los Zetas dominan ahora la mayor parte del territorio mexicano, superando al cártel de Sinaloa, el grupo delictivo más antiguo del país.

"Esta organización criminal se ha convertido en el mayor riesgo para la seguridad interna", ha dicho el secretario de Defensa, Guillermo Galván, "por el impacto de sus acciones contra instituciones gubernamentales y el completo desprecio por la vida humana".

Las fuerzas de seguridad aseguran que la capacidad de los Zetas para lograr un flujo constante de nuevos reclutas, incluyendo a muchos ex policías y soldados mexicanos, es lo que les permite sustituir las bajas. Su extrema violencia también les ha ayudado a expandir y controlar territorios mediante amenazas.

A los Zetas se les atribuyen las atrocidades más terribles en la guerra de las drogas, incluyendo la quema de un casino que provocó 52 muertos, la masacre de 72 migrantes y dos fosas comunes cada una con más de 200 cadáveres. También se cree que estuvieron detrás del asesinato del agente de inmigración de EEUU Jaime Zapata el año pasado.

En un comunicado difundido en diciembre y supuestamente firmado por el segundo en el mando de los Zetas, Miguel Treviño, el grupo desafiaba abiertamente los ataques de los gobiernos de México y EEUU.

"Mensaje a la nación, al Gobierno y a todo México y la opinión pública: las fuerzas especiales de los Zetas desafían al Gobierno de México y sus fuerzas federales", decía el comunicado enviado a varios medios de comunicación. "Ni el Ejército ni los Marines ni las agencias de seguridad y antidroga del gobierno de EEUU pueden resistirse a nosotros. México vive y continuará viviendo bajo el régimen de los Zetas".

El grupo de los Zetas se formó a finales de la década de 1990 con desertores de las Fuerzas Especiales de México que habían sido contratados como matones del cártel del Golfo. Se expandieron rápidamente, contratando a muchos ex policías, soldados y pandilleros. Para atraer a los reclutas, incluso pusieron anuncios en sábanas que colgaron de los puentes.

"Los Zetas te quieren, soldado o ex soldado", decía una pancarta. "Te ofrecemos un buen salario, comida y cuidados para tu familia. No sufras hambre ni abusos nunca más".

En 2010 los Zetas se desvincularon de sus jefes en el golfo del Cártel para luchar por el control del noreste de México, convirtiendo la región en un campo de batalla brutal.

Esa zona, que comparte frontera con las ciudades de Laredo, McAllen y Brownsville, en el este de Texas (EEUU), es uno de los corredores más preciados para el narcotráfico. Dese allí, las drogas pueden ser transportadas a través de Texas al sur de EEUU y la costa este.

Los Zetas también tienen una fuerte presencia a lo largo de todo el golfo de México y en las ciudades de la costa caribeña, hasta la frontera de Belice. En Guatemala están supuestamente detrás de una serie de masacres que han llevado al gobierno a declarar el estado de emergencia y a enviar fuerzas militares especiales a las regiones fronterizas con México.

El miércoles pasado los Zetas supuestamente colgaron sábanas en Guatemala con mensajes con amenazas contra el presidente Alvaro Colom. "No nos iremos hasta que pague sus deudas. Le ayudamos y nos acuchilló por la espalda. La deuda está pendiente", decían.

Además de traficar con drogas, los Zetas se han expandido agresivamente a otros negocios, desde las mafias de protección a la piratería de productos.

Hace una semana la Policía mexicana detuvo a 10 supuestos miembros de los Zetas por robar petróleo de unos oleoductos de la compañía estatal Pemex. Pemex calcula que cada año pierde más de 2.000 millones de dólares por este tipo de robos.

Mostrar comentarios