La marca Policía ya no vende

    • Las tiendas que comercializan material del cuerpo notan una significativa caída de las ventas en los últimos tres años.
    • Achacan el descenso a que la Dirección General registró la marca Policía en diciembre de 2010.
    • Desde entonces, las prendas con el logo oficial no pueden comprarse sin autorización.
    • La Guardia Civil lleva otra política: no patenta sus elementos identificativos al entender que el delito está en el mal uso que se haga de las prendas, no en su comercialización.
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Marta Villa | Seguridad y Tribunales

Desde diciembre de 2010, la marca Policía no la puede utilizar cualquiera. La Dirección General registró el nombre, el diseño y los colores corporativos en la Oficina Española de Patentes con el fin de controlar todo el merchandasing que se distribuía por los circuitos comerciales reglamentarios y evitar que falsos policías pudieran utilizar prendas oficiales para delinquir. La decisión afecta a camisetas, camisas, pantalones, gorras, llaveros y cualquier otro material que tenga estampado el escudo o los logotipos de la corporación.La iniciativa de la Policía no ha sido secundada, sin embargo, por la Guardia Civil, que ve las cosas de distinta manera. Fuentes del instituto armado indican que lo importante no son las prendas en sí, sino el uso que se le de a las mismas. "La Guardia Civil no tiene registrada la marca; se pueden adquirir uniformes libremente, porque el delito no es comprarlo, sino que un civil lo utilice, por ejemplo, para usurpar la autoridad funcionarial; eso sí está penado", subrayan.Desde que la Policía registró sus elementos identificativos, los que más han sufrido las consecuencias son las tiendas de material policial, que antes vendía las prendas a cualquier persona que lo solicitaba sin preguntar para qué las querían y ahora tienen que exigir una identificación si se trata de un funcionario o un permiso de la Dirección General si es otra persona o empresa la que demanda los artículos. Las productoras de cine o televisión, por ejemplo, requieren esa autorización del Ministerio del Interior para adquirir uniformes con los que caracterizar a los actores que hagan de policías en una serie.Según José Manuel López, gerente de la tienda de prendas de seguridad Insigpol, la iniciativa de la Policía "ha hecho polvo" a estos establecimientos. "Desde 2011, me he visto obligado a reducir el salario y el turno a uno de mis empleados, de jornada completa a media jornada, porque no se vende como antes", explica López, que tuvo que retirar el material que ya había adquirido, que acumula polvo hoy en un almacén sin poder darle salida. Solicitó un permiso, a través de burofax a la Dirección General de la Policía, para vender al menos el que ya tenía comprado, pero –según narra– nadie le dio una solución.También Luis Delgado, responsable de Leopard, tuvo que retirar de inmediato los productos que ofrecía y negarse a venderlos a los usuarios que estaban dispuestos a comprarlos, lo cual –admite– incidió "negativamente en las ventas desde que en 2011" se registró la marca.El gerente de Material Policial, otra tienda especializada, Óscar Serrano, recuerda que "vino la Policía" a su establecimiento para avisarle "de que los objetos con la marca de Policía Nacional ya no se podían vender". "Tuvimos que retirar las camisetas que vendíamos y dárselas a familiares nuestros y a algún amigo".Javier Conde, de Shoke, también subraya que "ha bajado bastante" la venta de este tipo de prendas. "Nos sorprendió mucho que registraran la marca y no entendimos por qué razón lo hicieron", reflexiona el director del establecimiento que comercializa útiles de seguridad.Competencia deslealAdolfo García, responsable de La bandera nacional, local centrado también en la venta de estos productos, asegura sentirse "afectado" por la decisión de inscribir la marca Policía en el registro de patentes y cree que ha venido en el peor momento. "Se ha juntado con la crisis que sufre el sector y con la creciente competencia desleal", se lamenta."Hay vendedores no autorizados –continúa–, sobre los que no se ejerce ningún control y que venden estos productos abiertamente". Sus palabras las corroboran desde la propia Guardia Civil. Fuentes del instituto armado afirman tener constancia de la venta ilegal de este tipo de material "en mercadillos especializados de Madrid". "Ni siquiera se dan de alta como autónomos, montan un comercio subterráneo y nadie les controla", se queja García.Pero la competencia desleal no es solo física. De hecho, quizá la que más daño les hace y más se salta la normativa es la transacción virtual. "Normalmente –señala el responsable de La bandera nacional– son páginas web que operan desde China; puedes entrar en ellas, das una dirección postal, haces un pedido y en cuatro días tienes en tu casa el material solicitado, una camiseta o unos pantalones de la Policía; es una venta ilícita que no queda registrada".López, de Insigpol, por su parte, también incide en que "la venta online de este tipo de productos no está debidamente vigilada". "Están al alcance de cualquiera con un solo click", protesta.La comercialización de gorras, llaveros, placas o camisetas con la simbología del Cuerpo Nacional de Policía está penada con entre seis meses y dos años de cárcel al considerarse un delito contra la propiedad industrial, según se refleja en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial del 1 de diciembre de 2010.

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