Cristina de Borbón, de princesa de cuento a villana

    • La Infanta ha pasado de ser la primera mujer licenciada de la realeza española a convertirse en el primer miembro de la Monarquía acusada de un caso de corrupción
    • Cristina de Borbón se niega a abandonar a su marido y a renunciar a su sexto lugar en la línea de sucesión española. 
La Infanta Cristina: de una vida de cuento de hadas a enfrentarse a ocho años de prisión
La Infanta Cristina: de una vida de cuento de hadas a enfrentarse a ocho años de prisión

Cristina de Borbón, catalogada como una infanta moderna, deportista y profesional es desde hace cuatro años el ‘tema tabú’ de la familia real española, vetada de todas las ceremonias oficiales. Sin embargo, se niega férreamente a abandonar a su marido Iñaki Urdangarín, acusado de corrupción por un desvío de 6 millones de euros públicos y etiquetado como uno de los hombres más odiados por los españoles. A su pesar, la infanta es protagonista de la agenda mediática por ser el primer miembro de la realeza involucrado en un proceso judicial. Nacida el 13 de junio de 1965 en Madrid, era la más divertida y rebelde de los tres hijos de Juan Carlos, intelectual y deportista. En 1988 participó en los Juegos de Seúl como miembro del equipo olímpico de vela y abanderada de España. Cristina tenía 19 años cuando inició sus estudios en la Universidad Complutense de Madrid, en la Facultad de Ciencias Políticas. Acompañada por un guardaespaldas, se convirtió en la primera mujer licenciada de la realeza española. Después, tras un máster de Relaciones Internacionales en Nueva York y unas prácticas en la Unesco en París, se fue a vivir con 27 años a Barcelona, alejándose de Madrid y de sus padres.En 1997, su boda con un plebeyo, jugador del FC Barcelona de balonmano, marcó la popularidad de la familia real española. Radiante con su diadema de diamantes, la infanta regaló al país un momento inhabitual de comunión nacional, casándose con un vasco en Barcelona. "La infanta se enamoró perdidamente de Iñaki, un chico alto, rubio, con los ojos azules", afirma Jaime Peñafiel, controvertido cronista de la grandeza y la decadencia de la monarquía. "A pesar de todo, de los presuntos delitos, de las infidelidades de él, sigue enamorada, dispuesta a acompañarle hasta más allá de la cárcel", afirma. "Si no, se hubiera divorciado, como se lo han pedido el rey (Juan Carlos) y su hermano", añade."Los malos de la película"Este cuento de hadas tenía los días contados. En 2004 con la compra de una mansión de 1.200 m2 por 6 millones de euros en el barrio más caro de Barcelona las sospechas llamaron a la puerta de Cristina de Borbón de la mano de El Mundo: "¿De dónde sale el dinero?", se preguntaba el diario. En plena crisis económica, cuando estalló el caso a finales 2011, pasaron a ser etiquetados como "los malos de la película", afirma Romero. "En momentos de crisis económica y penuria, fueron vistos como personas muy egoístas, hedonistas", sospechosos de haber pagado con dinero malversado viajes de ensueño, fiestas familiares y hasta clases de salsa a domicilio. Unos lujos que despertaban, sobre todo, la humillación y el odio para el pueblo español. La gran sonrisa que solía lucir Cristina bajo su rubia cabellera se transformó en una mueca forzada, a veces acompañada de ojos vidriosos y un rostro pálido. Tras varios años de “alejamiento” con su familia en Washington, se instaló en Ginebra en el año 2013 donde comenzó a trabajar como directiva de cooperación internacional de la fundación española La Caixa. Allí intenta comenzar una ‘nueva vida’ muy unida a Urdangarin y sus cuatro hijos (de entre 10 y 16 años) resistiendo a las presiones para que renuncie a su sexto lugar en la línea de sucesión al trono.El golpe más duro le llegó de su hermano pequeño Felipe VI, de quien era muy próxima, cuando no la invitó al día más importante de su vida: su proclamación como rey, el 24 de junio de 2014. Además, un año después le retiró el título de duquesa de Palma que había recibido como regalo de bodas."Ella no acepta psicológicamente lo ocurrido: es tremendo, desde el año 2011, ellos han desparecido de la Casa Real", explica a la AFP la periodista Ana Romero, autora de un libro sobre el fin del reinado de Juan Carlos I, forzado a abdicar en 2014 por varios escándalos, entre ellos el de la infanta y su yerno. El resultado de todo esto ha sido, tras 12 años después de las primeras sospechas sobre su tren de vida y cinco de abrirse una investigación judicial, ver a Cristina sentada este lunes en el banquillo de los acusados por fraude fiscal, enfrentándose a una pena máxima de ocho años de cárcel. Aunque, en esta ocasión estará muy presente la figura de su hermano: la sala del juicio está presidida por un retrato del rey Felipe VI. 

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