Nervios, tensión y dudas en Ferraz tras el acuerdo Podemos-IU

  • La dirección del PSOE resta importancia y confía en ganar a votantes descontentos de ambas formaciones.

    Un amplio sector sí cree en el sorpasso. "No salimos a ganar, sino a no ser terceros", admiten. 

Pese a la insistente amenaza del sorpasso que se traslada sobre todo desde Podemos, la dirección del PSOE confía en revertir el impacto del acuerdo entre Podemos e Izquierda Unida.

El PSOE lleva semanas anticipando el escenario que finalmente se oficializó este lunes. La clave está en la campaña, y en el resquicio de votante de IU que recela de esta alianza.

Según el barómetro del CIS, un 20'7% de quienes votaron a los de Garzón en diciembre aseguran que no confiarían nunca en Podemos. Según este barómetro-que no recoge la coalición- la suma de ambas organizaciones sería del 23% de voto, lo que les permite superar por algo más de un punto al PSOE.Ganarse al votante crítico con el acuerdo

El equipo de Sánchez quiere atraer a esa parte de electorado de IU que no apostará por la coalición, y que prefiere resguardarse en opciones más “conservadoras”. Es un electorado tradicional de izquierdas, de perfil comunista, y que recela de Pablo Iglesias.

Por otro lado, se insiste también en que el acuerdo posiciona claramente a Podemos en una posición extrema, lo que creen puede desactivar el voto del electorado descontento, pero que no veía en IU una opción ideológica. Un mensaje que se repetirá en campaña. "Dos golondrinas no hacen primavera. El PSOE es la izquierda", señala un dirigente madrileño.

La izquierda, pero moderada y sensata, la que rechaza los experimentos, se insiste. Sánchez ve en el pacto un efecto boomerang positivo:  Podemos ya no es la “transversalidad”, Iglesias ha abandonado su máscara de la "moderación". Es momento, repiten, para que el PSOE se refuerce en el centro izquierda."El PSOE puede quedar en el centro de la nada"

Cargos intermedios sí se reconocen en cambio más desconfiados. "La izquierda no puede justificar tanta dispersión. Agrupar fuerzas es coherente y necesario en estos momentos. El PSOE se lo tiene que hacer mirar. Puede quedar en el "centro" de la nada. Y eso se paga muy caro". 

“Nos afecta mucho porque polariza y pone en evidencia que el PSOE no sale a ganar, sino a no ser tercero”, reconocen varios de ellos. Advierten de que "la falta de empuje y definición del PSOE" puede pasar factura. 

Entre este amplio sector socialista, el sorpasso no se descarta en absoluto. Al menos, en voto. Ya lo hubo el pasado 20-D, recuerdan, en Cataluña, Navarra o País Vasco.

Otra cosa, sostienen, cómo las papeletas se traducen en escaños. Los cálculos de la coalición es que el acuerdo permita lograr 58 escaños, sin contar las confluencias de Galicia, Cataluña y Comunidad Valenciana. Esto supone 14 más que en las generales de diciembre.

Los dirigentes socialista, incluso los más críticos con Sánchez, han cerrado el paso en las últimas horas a las especulaciones sobre el efecto que la coalición tendrá el 26-J. “No me preocupa lo más mínimo. Al final, siempre la verdad aflora. Algunos decían que no eran de izquierdas ni de derechas o que eran transversales y que el resto de partidos eran viejos. Pues al final todo queda en su sitio, y Podemos ha vuelto al lugar del que salió y ocupará el espacio tradicional que ha ocupado IU", dijo este lunes la presidenta andaluza, Susana Díaz.

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