Radiografía del populismo: los partidos del descontento se dividen ante los retos de Europa

  • El primer gran estudio europeo sobre estos partidos revela las grandes diferencias que les separan. 

    Son euroescépticos, simpatizan con Rusia y defienden los referendum.  "La consulta del Brexit podría ser el principio de una avalancha", señala el informe.   

Pablo Iglesias abraza a Alexis Tsipras, líder de Syriza.
Pablo Iglesias abraza a Alexis Tsipras, líder de Syriza.

La crisis del sistema tradicional de partidos, el descontento por las políticas de austeridad de los últimos años, el fuerte sentimiento anti-troika, el repunte de la xenofobia, el terror yihadista... Es el cóctel-con más ingredientes añadidos-que explica el actual auge de los movimientos populistas en Europa.

Pequeños partidos surgidos en su mayoría de la protesta ciudadana y que se han confirmado en los últimos procesos electorales. Algunos, como el Frente Nacional francés, más arraigado, aspira a convertirse en la fuerza determinante en los próximos comicios. Un reflejo fiel de lo que está ocurriendo en la UE.

El Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) acaba de hacer público un exhaustivo estudio sobre 45 de estas organizaciones. Entre ellas se encuentra Aurora Dorada, el partido neonazi griego, la Liga Norte italiana, el Partido Comunista francés, o el español Podemos. Algunos forman parte de los gobiernos, otros han sido determinantes para formarlos. Juntos suman una representación de 1.329 escaños, distribuidos por 25 países.

Estos partidos abarcan todo el espectro, de extrema izquierda a extrema derecha, son críticos con la UE- algunos abogan por romper relaciones y otros por una profunda reforma- y también con EEUU, apelan al sentimiento de patriotismo y a la democracia directa. No obstante, hay cuestiones que les dividen, muchas.Amplias diferencias

De hecho, el informe destaca que estos partidos no han desarrollado aún completamente su programa en política exterior. Algunos carecen de él, salvo en algunas cuestiones básicas. Por ejemplo, distintos representantes de la AFD alemana dieron distintas respuestas sobre las mismas preguntas, subrayan los autores.

Existen amplias discrepancias. En temas clave como la inmigración, por ejemplo, algunos, como el partido de Marine Le Pen, optan por un recorte estricto. Otros, por una regulación acorde con la legislación internacional y más proteccionista.

La mayoría de los partidos “insurgentes” son, señalan, escépticos sobre el estado actual de la UE. Pero sus posturas varían enormemente, desde el Frente Nacional francés al británico UKIP, “fundado con el objetivo de sacar a Reino Unido de la UE”, pasando por el Bloco de Esquerda de Portugal o el español Podemos, que abogan por una reforma. “La necesidad de volver a democratizar la formulación de políticas a nivel nacional y en toda la UE es común en casi todos estos partidos”, señalan.Más consultas

En lo que más coinciden es en que una mayor participación democrática es necesaria. Varios promueven referendum para decidir sobre la continuidad en Europa. Otros, por consultas sobre cuestiones domésticas.

“Por encima de todo, quieren devolver el poder de las personas a través de la democracia directa”, destacan. “El voto del Reino Unido en la UE y el voto holandés en Ucrania podrían ser solo los primeros de una avalancha de consultas populares en Europa”. Estos partidos, destaca el informe, utilizan los medios de comunicación y la presión popular para obligar a estas consultas sobre temas “que antes eran del dominio exclusivo de los gobiernos y funcionarios públicos”.Terrorismo e inmigración, los grandes retos

La otra coincidencia es en lo que se consideran los grandes retos a los que habrá de hacer frente la UE: la crisis de los refugiados y la amenaza yihadista.

34 de los 45 partidos analizados señalan estos como los principales retos, desde el Die Linke de Alemania, al Partido comunista francés o al español Podemos.

Sobre lo primero, existe una mayoría de partidos que optan por el control del flujo de refugiados e inmigrantes que entran a Europa.

Con respecto al terrorismo, la mayoría creen que Europa debería adoptar un papel más activo en las soluciones. De hecho, consideran que las respuestas conjuntas son más eficaces que las que puedan tomar los gobiernos de cada país por separado.

El sentimiento antiamericanista es también prácticamente generalizado. Existe un amplio escepticismo en torno al intervencionismo de Europa y EEUU, en particular en Oriente Medio. Este sentimiento va desde Irlanda a Francia, a Alemania, Italia o Hungría.

Quienes defiende a la UE, lo hacen de una manera soberana. Es necesario, comparten, reformular el poder de las instituciones europeas. La firma del Tratado de Libre Comercio está en el ojo del huracán de todas ellas. La inmensa mayoría lo rechaza.Rechazo a la ampliación europea

También la mayoría rechaza la ampliación europea. Consideran que la Unión es ya lo suficientemente “grande” y son reacios a abrirla aún más. “Sin embargo, hay un poco más apertura a la inclusión de países del este (en particular, Ucrania) que hacia el sur, como Turquía”, señalan. Solo 10 países apoyan la adhesión de Ucrania y de ellos, dos la rechazan para la OTAN.

Los partidos muestran su preocupación por las relaciones con Turquía. 22 países se oponen al acuerdo con Turquía en el conflicto sirio y la mayoría creen que su apoyo es ineficaz en la política de inmigración.Simpatías con Putin

Otro punto de discrepancia son las relaciones con Rusia: la mayoría no ocultan su simpatía hacia Putin y se muestran contrarios a las sanciones. La sensación común es que “la política de la UE no debe estar enfrentada a la de Rusia”. 24 partidos consideran que las sanciones no deben extenderse más allá de julio-entre ellos, los de Francia, Chipre o Grecia. El alemán Die Linke cree que deben ser levantadas, como lo considera también Syriza y Amanecer Dorado.

Las formaciones están divididas, no obstante, en si se debe cooperar con Rusia en las actuales crisis de la UE.

Las diferencias salen también a la luz en lo que respecta a la OTAN: las opiniones van entre los que creen que debería reforzarse- siete de ellos- a los que optan por una salida, otros siete. Ocho creen que la organización debería ampliarse para dar entrada a otros países.Más influyentes fuera que dentro

De los 45 partidos analizados, todos-salvo Imperium Europa, de Malta- tienen representación en sus Parlamentos o en la Eurocámara. El estudio destaca que, más allá de su presencia en estos órganos, su poder reside en la enorme capacidad para presionar e influir en las decisiones de los distintos Gobiernos. En este sentido, se destaca el caso del británico UKIP, promotor de la consulta sobre la UE.

Algunos sí forman parte de los distintos Ejecutivos- Bulgaria, Finlandia, Grecia...- y muchos, además, ocupan carteras importantes, como Justicia o Interior. Otros tienen enormes expectativas electorales, como es el caso del partido de Le Pen.

“Los partidos insurgentes están ganando escaños a nivel local, regional, nacional y en los Parlamentos... Su irrupción es un desafío sobre la forma de hacer política”, observan los autores.

“La política exterior ya no es un juego de élites que se lleva a cabo a puerta cerrada. Las personas se preocupan poco por un asiento en una mesa internacional si sus consecuencias a nivel nacional y local no se comunican con claridad”, advierte.

El informe reconoce algunos aspectos positivos de estos partidos, como obligar a los dirigentes a dar cuenta sobre algunas decisiones como el acuerdo comercial con EEUU o el pacto UE-Turquía sobre refugiados.

Los autores consideran que la mayoría de estos partidos “insurgentes” tendrán más influencia en el Parlamento europeo que en los nacionales.Sobre Podemos: “Tienen lazos muy fuertes con Venezuela”

En el caso español, el informe destaca que Podemos “es un partido que canaliza el descontento de los indignados y el descontento general” de la ciudadanía. Su irrupción está motivada por la crisis de la deuda europea, y su programa gira en torno a la desigualdad, el desempleo y el malestar económico. “En América Latina tiene lazos muy fuertes con Venezuela y se abstiene en el Parlamento Europeo sobre resoluciones críticas con el gobierno venezolano”, subraya también.

Entre sus propuestas, destaca la preocupación por la crisis de los refugiados y de la zona euro como sus prioridades principales o la pérdida de soberanía de los Estados miembros “especialmente en materia financiera, en este asunto comparte una estrecha relación con Syriza”.

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