Venezuela acusa a jefe de OEA de buscar invocar medidas de intervención

Venezuela acusó este jueves al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, de respaldar los pasos de opositores para invocar la Carta Democrática Interamericana contra ese país, acusando al diplomático de violar sus funciones.

En una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA en Washington, la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, acusó a Almagro "respaldar" acciones de la oposición venezolana para invocar la Carta Democrática Interamericana, un documento que contempla la intervención del organismo si ocurre una "alteración grave" de la democracia en uno de los países miembros.

"Hemos denunciado que el secretario general de esta organización, que ni vale la pena nombrarlo, porque no importa como se llame, sigue jugando un rol de no imparcialidad cuando se trata de Venezuela", señaló.

Según Rodríguez, el diplomático uruguayo "ha conjugado la agenda de la Secretaría General con los factores opositores en Venezuela y con las instrucciones que (...) recibe desde los Estados Unidos".

"Tenemos las pruebas", apuntó. Sentado a su lado, estaba Almagro.

El secretario general no se pronunció durante la reunión porque aún está evaluando los elementos presentados por la oposición y el gobierno sobre "si hay causas" para llevar el estado de la democracia venezolana al organismo, dijo a periodistas su portavoz, Sergio Jellinek.

La canciller venezolana explicó que la Carta Democrática Interamericana, aprobada por el consenso de los 34 países de la OEA en 2001, no puede invocarse sin la aprobación del país en cuestión, en representación de su gobierno legítimo.

Las acciones de Almagro pretenden "pasar por encima de los Estados", dijo Rodríguez, acusando al jefe de la OEA de desviarse de sus funciones y denunciando una "amenaza" contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro (iniciado en 2013).

"Se nos amenaza prácticamente (...) con la Carta Democrática Interamericana", dijo.

Rodríguez estaba respondiendo a una misión del Parlamento venezolano -de mayoría opositora- que la semana pasada se reunió con Almagro en Washington y pidió a la OEA activar medidas para destrabar el choque de poderes en ese país.

Pero también reaccionaba a la publicación este jueves de una opinión de la Secretaría de Asuntos Jurídicos de la OEA, oficina adscrita a la Secretaría General, que interpretaba las condiciones existentes para invocar la Carta.

La última vez que la OEA invocó el documento fue en 2009, a través de su artículo 19, tras el golpe de Estado contra el presidente hondureño Manuel Zelaya.

Pero según la oficina jurídica de la OEA, el artículo 20 del documento autoriza a cualquier país miembro o al Secretario General a convocar el Consejo Permanente en caso de "alteración del orden constitucional" en un país miembro de la OEA cuyo "orden democrático" se vea "gravemente" afectado.

De aplicarse ese articulado para Venezuela, sería la primera vez que se invoca la carta sin el consentimiento del país en cuestión, en los tres lustros de vigencia de la Carta.

"Eso no es posible", replicó la canciller venezolana, denunciando que la doctrina de la OEA "está siendo desconocida".

Tras la intervención de Venezuela, algunos países tomaron la palabra, expresando preocupación por la situación económica en Venezuela y haciendo llamados al diálogo político, explicó el secretario de asuntos jurídicos de la OEA, Jean Michel Arrighi.

La reacción más extensa y frontal provino de Estados Unidos, que mantiene relaciones frías con Caracas.

"Si la OEA, institución regional por excelencia, fundada en principios democráticos, no levanta su voz ahora, ¿cuándo lo hará?", se preguntó el embajador interino estadounidense Michael Fitzpatrick.

Pero en el resto de los países el apoyo a invocar la Carta Democrática era menos claro.

"Me parece que la discusión de la carta democrática es apresurada", dijo a periodistas la canciller argentina, Susana Malcorra, luego de la sesión.

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