Disparos en Bouaké antes de la nueva reunión entre los amotinados y el ministro de Defensa marfileño

Reuters/EP
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Los disparos han ocurrido cerca del centro cultural de la ciudad, precisamente el escenario donde iba a tener lugar la última ronda de conversaciones entre Dowahi y los soldados para negociar un acuerdo que satisfaga a los militares amotinados, quienes exigen al Gobierno marfileño mejores salarios y un aumento de las bonificaciones.

Aunque el presidente de Costa de Marfil, Alassana Ouattare, prometió el domingo ante la nación que pondría todo su empeño en la consecución de un acuerdo, las negociaciones hasta ahora no han dado fruto. Es más, los soldados rebeldes afirmaron este martes que el Gobierno aún no ha pagado la suma acordada, sobre la que existen además diferencias entre ambas partes.

"Nuestros camaradas quieren ya su dinero", ha dicho un negociador de los amotinados. "La gente no está contenta porque no ha recibido su dinero, así que todo podría comenzar de nuevo", ha agregado.

Entre las principales demandas figuran una serie de pluses que, según ellos, les fueron prometidos antes de la breve guerra civil de 2011, desatada después de que el entonces presidente, Laurent Gbagbo, se negara a reconocer su derrota en las elecciones.

"Son doce millones de francos CFA (alrededor de 18.300 euros) (...) y eso es lo que estamos esperando", ha manifestado uno de los soldados que negoció en nombre de los amotinados.

Así, ha resaltado que, según el acuerdo alcanzado con el ministro de Defensa, el Gobierno iba a comenzar a pagar lo acordado a partir del lunes, agregando que nada ha sido recibido hasta la fecha.

Por su parte, Donwahi ha negado que el Ejecutivo se haya comprometido a pagar los pluses específicos reclamados por los soldados, añadiendo que se pagarán unos llamados pluses de misión, sin dar más detalles.

Ouattara, cesó el lunes a los jefes del Ejército, la Gendarmería y la Policía, lo que fue aplaudido por los amotinados, en lo que se trata del segundo motín de estas características en menos de tres años. En el primero los soldados también reivindicaban mejoras económicas y les fueron prometidos pagas extraordinarias por decenas de millones de dólares.

El Ejército se ha visto afectado por años de conflicto con milicias rebeldes, falta de reformas y divisiones internas pese a la superación de la crisis de 2002-2011 y el crecimiento de la economía.

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