Cuba saludó aunque con reparos la directiva expedida este viernes por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en favor de las relaciones entre los dos países, y las nuevas medidas de alivio del embargo contra la isla.
"Es un paso positivo, es un paso significativo en el proceso hacia el levantamiento del bloqueo, y la mejoría de la relación" bilateral, dijo Josefina Vidal, responsable de la cancillería cubana para los asuntos con Washington.
En un documento de 12 páginas, Obama presentó el acercamiento con Cuba como una política estadounidense -en un intento por blindarlo frente al futuro gobierno que será elegido en noviembre- y anunció nuevas medidas para flexibilizar las restricciones económicas vigentes desde 1962.
"No buscaremos un cambio de régimen en Cuba", escribió el presidente en la página 7 de su Directiva, en el capítulo referido a la promoción de los derechos humanos.
Sin embargo, "nos percatamos de que este documento no oculta el propósito de promover cambios en el ordenamiento" interno de Cuba, y "tampoco esconde la intención de continuar desarrollando en nuestro país programas injerencistas", sostuvo Vidal.
Aun así destacó el "reconocimiento" de Obama del gobierno socialista como un "interlocutor legítimo e igual", al tiempo que cuestionó el "carácter limitado" de la reducción de las sanciones comerciales.
Todavía se "mantiene la prohibición de las inversiones de Estados Unidos en Cuba, excepto las que ya habían sido aprobadas en 2015 para el sector de las telecomunicaciones", indicó.
En ese sentido, agregó que las medidas de alivio "benefician más a Estados Unidos que a Cuba". "El bloqueo está ahí todavía", enfatizó Vidal.
Después de más de medio siglo de rivalidad en el contexto de la Guerra Fría, los dos países restablecieron relaciones diplomáticas en julio de 2015.
El histórico acercamiento fue sellado con la visita de Obama a La Habana en marzo, la primera de un presidente estadounidense en 88 años.
La responsable de la diplomacia cubana se mostró cauta frente a la intención de Obama de blindar las nuevas relaciones bilaterales de cara al cambio de gobierno.
Vidal aseguró que la directiva es "política" del saliente mandatario estadounidense, y que la misma podría servir apenas de "referencia" para su sucesor, en caso de que "quiera dar continuidad" al proceso con la isla.
Este mismo viernes los dos gobiernos celebraron en La Habana la segunda ronda de conversaciones sobre el espinoso tema de los derechos humanos.
Esta reunión "se desarrolló en un ambiente profesional y respetuoso, marcado por profundas diferencias", declaró el diplomático cubano Pedro Pedroso, subdirector para asuntos multilaterales y derecho internacional.
La primera cita sobre este asunto se desarrolló en marzo de 2015 en Washington.
vel/ja
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