Hartos de los bajos salarios y preocupados por la masiva emigración de los jóvenes, los lituanos votan este domingo en la segunda vuelta de las legislativas, que podría confirmar la victoria de la oposición frente a los socialdemócratas en el poder.
Los conservadores de la Unión de la Patria y los demócratacristianos ganaron el 9 de octubre la primera vuelta con 21,7% de sufragios (22 escaños) seguidos de cerca por la centrista Unión de Campesinos y Verdes (LPGU), con 21,5% y 21 escaños.
Los socialdemócratas en el poder desde 2012 llegaron en tercer lugar con 14,42% de votos y 10 escaños, un duro golpe para el primer ministro Algirdas Butkevicius.
Este domingo se atribuyen los 68 escaños restantes de los 141 que cuenta el Sejmas (parlamento).
En un país miembro de la Eurozona pero golpeado por la crisis y el éxodo masivo de sus ciudadanos en busca de trabajo, hubo en la primera vuelta un voto de protesta contra la coalición gobernante, constataron los analistas.
El probable futuro primer ministro, el líder de los conservadores Gabrielius Landsbergis, de 34 años, se presenta a sí mismo como el hombre del "cambio" y podría convertirse en el más joven jefe de gobierno de la UE.
Desde que Lituania se sumó a la UE en 2004, cerca 370.000 personas emigraron, la mitad escogió el Reino Unido, donde la cólera contra los inmigrantes del Este favoreció el voto por el Brexit.
La economía lituana se recuperó notablemente tras haberse derrumbado en la época de la crisis financiera mundial de 2008. Este año se espera un crecimiento del 2,5%.
Pero el salario mensual promedio apenas supera los 600 euros (672 dólares) netos, uno de los más bajos en la UE. Además, los índices de pobreza y las disparidades son muy elevados en Lituania.
Landsbergis, el posible nuevo primer ministro y nieto del padre de la independencia lituana, el compositor Vytautas Landsbergis, ha prometido crear nuevos empleos, reformar la educación y favorecer las exportaciones y las inversiones extranjeras.
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