Rastros de sangre e impactos de bala en la sede del opositor Jean Ping en Gabón

Sangre seca, impactos de bala y papeles desperdigados por el suelo en la sede del opositor Jean Ping en Libreville recuerdan el asalto de las fuerzas de seguridad tras el anuncio de la reelección del presidente Ali Bongo en Gabón.

"¿Quiere ver el interior ?", pregunta Fulbert Mayombo Mbenbjangoye. Poco después de haber recobrado la libertad este responsable de la oposición condujo a los periodistas al cuartel general de Jean Ping, quien perdió por estrecho margen las elecciones presidenciales del 27 de agosto.

En la segunda planta, en el suelo, debajo de una pancarta de Ping que promete "Un Gabón al abrigo del miedo y de la necesidad", hay una mancha de sangre seca de gran tamaño.

"Era un joven de unos 25 años al que tiraron por la ventana. El cadáver quedó ahí hasta 14 horas", el jueves. Es decir después del asalto dado por las fuerzas de seguridad el miércoles por noche tras la proclamación de la victoria de Bongo en las presidenciales y el estallido de disturbios en Gabón y sobre todo en Libreville.

"Nos dijeron que nos arrodillásemos, lo rompieron todo, se llevaron los ordenadores", relata el responsable político enseñando una puerta reventada de una pequeña sala con impactos de bala en las ventanas.

"Esta es la bala que me iba a matar. Por suerte me incliné", añade Mayombo, presidente de un pequeño partido miembro del Frente unido de la oposición.

"No soy un militar pero eran explosiones de guerra. En 56 años en Gabón, nunca había visto algo así", afirma, todavía conmocionado por el asalto de hombres vestidos de civil en un momento en que había cientos de personas en el interior del edificio y en los alrededores.

El ataque causó más de dos muertos, según Ping. Pero él y otros opositores temen que haya "unos veinte". "Lo estamos investigando", dice.

Después del asalto, estuvo retenido junto con otras personalidades políticas y civiles en el patio del edificio, bajo vigilancia policial.

Chantal Myboto, con la bandera de Gabón alrededor del cuello, cuenta que los agentes eran corteses, a diferencia de la guardia republicana, a la que tacha de arrogante.

"Pensé en mis hijos y le dije a mi marido que no quería morir a causa de Ali Bongo", afirma esta mujer, que en su día formó parte del entorno del expresidente Omar Bongo, padre de Alí.

Su marido, Paul-Marie Gondjout, quien estuvo retenido con ella, le está agradecido a la "comunidad internacional" y se lo ha hecho saber al representante de las Naciones Unidas Abdoulaye Bathily, quien supervisó la salida de 26 personas tras una intervención de Francia, la antigua potencia colonial.

"Estos dos días nos motivan todavía más en el combate contra Ali Bongo que se comporta como un monarca", añade Gondjout, representante de Jean Ping en la comisión electoral.

El viernes al anochecer, los 26 opositores liberados se juntaron alrededor de la piscina y de la pagoda del domicilio de Jean Ping.

Allí estaban cuando hizo una declaración solemne: "El mundo entero conoce al presidente de la República de Gabón. Se llama Jean Ping".

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