Las elecciones presidenciales estresan a los estadounidenses

Amenazas terroristas, acusaciones de elecciones amañadas, riesgo de pobreza o de una guerra nuclear: el tono agresivo de la campaña presidencial estresa a los estadounidenses.

"La gente siempre suele estar más estresada cuando llegan las elecciones, pero nunca vi un nivel tan alto" de estrés, cuenta a la AFP Judi Bloom, una psicóloga de Santa Mónica, en California (oeste).

Según un reciente estudio de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA, por sus siglas en inglés), más de uno de cada dos estadounidenses (52%) dice que las elecciones del 8 de noviembre le causan estrés.

A lo largo de la campaña, el candidato republicano Donald Trump no ha parado de tildar de "desastre" la política del presidente Barack Obama, desde su programa de cobertura sanitaria Obamacare y su estrategia militar en el conflicto sirio, pasando por las negociaciones comerciales multilaterales.

De Hillary Clinton, su rival demócrata, ha dicho que si llega a la Casa Blanca llevará al país a "una catástrofe".

Trump insiste en que miles de migrantes "criminales" o "violadores" intentan entrar al país por la frontera con México --donde quiere construir un muro--, que yihadistas escondidos entre los refugiados sirios y que la elección está "amañada".

A su vez, Clinton ha calificado al magnate de "inestable" y de "marioneta" rusa, capaz de hacer estallar una guerra nuclear.

La exsecretaria de Estado también ha aprovechado el escándalo en el que Trump se vio envuelto después de que una decena de mujeres le acusara de comportamiento obsceno (él lo niega).

"Es una campaña muy negativa" con candidatos impopulares, señala Bloom. "Todo esto genera un sentimiento de desesperación".

"Desde el 11 de septiembre de 2001 o la crisis financiera de 2008-2009 no veíamos que prevalecía ese sentimiento de que 'todo se desmorona'", apunta Robert Bright, un psiquiatra de Phoenix (Arizona, suroeste).

"Ayer, una paciente me decía que no puede dormir por la noche (...) y otro que está muy enfermo bromeaba diciendo que, al menos cuando muera, no tendrá que soportar toda la publicidad electoral", agrega Bright.

"Oigo a muchos decir '¡Me voy a mudar a Canadá!'", señala Bloom, en referencia a la fama de país sosegado que tiene el vecino del norte.

En vez de apostar por un mensaje optimista como el "Yes We Can" (Si se puede) de Barack Obama en los comicios de 2008, Trump y su rival --aunque en menor grado-- han articulado su retórica alrededor del miedo.

"La gente se preocupa por el futuro, por su seguridad económica, por los atentados terroristas, por el prójimo en general", señala Robert Bright.

Bright destaca que algunas personas, en particular los republicanos --más angustiados que los demócratas según el informe de APA--, temen que cambie la configuración de la Corte Suprema, que actualmente cuenta con cuatro jueces conservadores y cuatro progresistas.

Si el próximo presidente nombra a un magistrado progresista, la máxima instancia judicial del país podría perjudicar valores fundamentales al apoyar el derecho a abortar o limitando la tenencia de armas, afirman.

El estudio indica que, además del miedo de perder la elección, los republicanos temen una "derrota en el Senado o en la Cámara de Representantes y una disolución de su partido", destaca Bloom.

Al margen de los miedos, el nivel del debate electoral también ha estado muy pasado de tono.

Trump no ha dejado de acusar a Clinton de "corrupta", dando voz a mujeres que afirman haber sido acosadas sexualmente por su marido y expresidente Bill Clinton.

También ha comentado el tamaño de su pene y en un video de 2005 que sacudió la campaña se jactaba de besar a mujeres sin su consentimiento y de manosearlas.

Este ambiente "ha creado una sensación de falta de seguridad para las mujeres en general", y "ha despertado traumas" entre las que han sido víctimas de abusos, evalúa Bright.

El informe de la APA constata que las redes sociales y los canales de noticias en directo agudizan el sentimiento de que "el mundo se desmorona", explica Bloom.

La campaña electoral ha puesto a prueba muchas relaciones humanas.

"La gente dice 'No tenía la menor idea de que tantos amigos míos eran racistas/de izquierda/sexistas' y terminan eliminándolos de Facebook, o incluso dejan de hablarles", señala Bright.

La APA recuerda de todas formas que, "pase lo que pase el 8 de noviembre, la vida continuará".

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