Oposición venezolana discute respuesta a golpe del poder electoral

La oposición venezolana intenta, bajo el peligro de dividirse, rearmar su estrategia frente al anuncio del poder electoral que sepultó su intención de sacar a Nicolás Maduro del poder este año, mediante un referendo revocatorio.

La alianza opositora convocó a sus coordinadores en todo el país a reunirse el domingo para definir acciones legales y de protesta, un día después de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunciara que la consulta se haría "a mediados del primer trimestre de 2017".

"El lunes todo este esfuerzo va a confluir en un acto donde vamos a dar a conocer la ruta definitiva, el camino crítico del pueblo venezolano, ante los anuncios hechos por el CNE", aseguró en rueda de prensa el vocero de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba.

Para el analista Luis Vicente León, presidente de la firma Datanálisis, "el peligro más grave es que la oposición se fracture frente a la decisión de qué hacer", según dijo a la AFP.

La fecha dada por el órgano electoral, al que la MUD acusa de servir al chavismo, imposibilita un cambio de gobierno. La ley estipula que, para que haya nuevas elecciones, el referendo debe realizarse antes del 10 de enero de 2017, cuando Maduro cumple su cuarto año de mandato.

La oposición considera que el referendo es la salida al enorme malestar popular por la severa escasez de alimentos y medicinas, y una inflación que el FMI calcula en un 720% para este año.

Maduro, quien este jueves debía intervenir en la Asamblea General de la ONU pero que envió en su lugar a la canciller Delcy Rodríguez, aún no comenta el anuncio del CNE. Pero el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, celebró con ironía: "¡No te vistas, que no vas!".

"Ahora es un hecho cierto lo que siempre dijimos, que era absolutamente imposible en 2016" realizar el referendo revocatorio, declaró el dirigente chavista Jorge Rodríguez, quien agregó que es posible que tampoco se realice en 2017.

"El revocatorio va a ser en 2016 por la lucha del pueblo venezolano. Vamos a estar claros: ustedes no tienen ni respaldo nacional ni apoyo internacional", respondió Torrealba.

Pero aún falta una etapa antes de ir a referendo. El CNE determinó que la recolección de cuatro millones de firmas (20% del padrón electoral) necesarias para llamar a la consulta, será del 26 al 28 de octubre, bajo condiciones que la MUD estima "arbitrarias".

El CNE decidió que el 20% corresponda al registro electoral de cada estado, y no a nivel nacional. Un solo estado que no logre el mínimo de firmas invalidará el proceso.

"Eso no es que es absurdo, sino que la Constitución dice claramente que es nacional", afirmó la analista Colette Capriles.

El CNE también aprobó 5.392 máquinas de registro de firmas y huellas para esa etapa en función de cuatro millones de personas. La MUD pedía 19.500 para los 19 millones de electores venezolanos, esperando un masivo apoyo, que incluso sobrepase los 7,5 millones de votos requeridos para revocar a Maduro.

"El CNE aprobó las peores condiciones posibles para el 20%. El sesgo político de la decisión es innegable", consideró el experto en asuntos electorales Eugenio Martínez.

En la primera reacción internacional, Estados Unidos se expresó "preocupado" por el anuncio del CNE.

"Esta decisión, las continuas restricciones a los medios de comunicación y otras acciones que debilitan la autoridad de la Asamblea Nacional privan a los ciudadanos venezolanos de la oportunidad de diseñar el futuro de su país", señaló en un comunicado el portavoz del departamento de Estado, John Kirby.

Para León "todos los peligros se aceleran porque se bloquea a las mayorías" y los riesgos de "conflicto aumentan".

Pero también "puede desatar los monstruos internos dentro del chavismo y dividir el sector militar", aseguró a la AFP.

Francine Jácome, directora del Instituto de Estudios Sociales y Políticos, coincidió en que "el gobierno busca dividir a la MUD y "generar focos de violencia" que llevarían a "mayor represión y paralización del proceso revocatorio"

Para los analistas, la recolección de firmas sería en sí un referendo. Ocho de cada diez venezolanos, según Datanálisis, quiere cambiar al gobierno. Pero es posible el desánimo de la gente y el desgaste de la oposición.

"Es muy difícil que la gente firme y vote si sabe que quedará el mismo gobierno. Aunque todo dependerá de cómo se deteriore la situación", aseguró Martínez a la AFP.

Si el referendo se realiza después del 10 de enero de 2017 y Maduro pierde, el mandato lo concluirá su vicepresidente, actualmente Aristóbulo Istúriz.

La MUD ha intentado mantener movilizados a sus partidarios, pero esa estrategia perdió impulso tras la marcha multitudinaria del 1 de septiembre en Caracas.

"El gobierno busca desmotivar, pero podría tener el efecto contrario ante la indignación", aseguró Jácome.

En este panorama, los analistas advierten que un empeoramiento de la crisis económica en 2017 podría ser leña al fuego para un estallido social.

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