El presidente Guelleh gana reelección en Yibuti

El presidente de Yibuti, Ismael Omar Guelleh, fue reelegido este viernes para un cuarto mandato consecutivo, anunció el primer minitro en televisión.

"Según nuestras proyecciones, podemos decir que el candidato de la UMP (Unión para la mayoría presidencial Ismael Omar Guelleh) fue elegido en la primera vuelta", declaró a la televisión nacional el primer ministro, Abdulkader Kamil Mohamed.

El presidente, informó Mohamed, logró "entre 74 y 75% de los votos en Yibuti (la capital) y Balbala", un inmenso barrio popular. Esos dos distritos representan el 60% de los habilitados para sufragar en todo el país.

Además el presidente obtuvo 94% de los votos en Ali Sabieh, segunda ciudad del país, siempre de acuerdo con el informe de su primer ministro.

Unas 187.000 personas estaba habilitadas para sufragar en este pequeño pero estratégico país, una ex colonia francesa con bases militares galas y estadounidenses y ubicada en el llamado Cuerno del Africa.

Guelleh, de 68 años, dirige el país con mano de hierro desde 1999 e hizo modificar la Constitución en 2010 para autorizar la reelección indefinida.

El jefe de Estado enfrentó a dos adversarios principales: Mohamed Daud Ahehem y Omar Elmi Khaireh. Ambos se reivindican como candidatos únicos de la Unión por la Salvación Nacional (USN).

Esta coalición de siete partidos, creada en 2013, no consiguió ponerse de acuerdo en una candidatura única. Tres partidos miembros de USN decidieron boicotear la elección, al considerar que uno de los puntos clave del acuerdo marco firmado en diciembre de 2014 con el gobierno - la creación de una Comisión electoral nacional independiente- no ha sido respetado, algo que el gobierno desmiente.

El presidente Guelleh se presenta como garante de la estabilidad, e insiste en la necesidad de dar continuidad a su política de grandes obras públicas (puertos, ferrocarriles, oleoductos, gasoductos...), adoptada en los últimos años.

Estos proyectos favorecen el crecimiento económico (6% en 2014, según el Banco Mundial), pero la población apenas lo percibe: la tasa de desempleo se acerca al 60%, y el 79,4% de los yibutianos viven por debajo del umbral de la pobreza relativa.

La oposición, por su lado, no cesa de denunciar las restricciones contra la libertad de reunión y de expresión impuestas por las autoridades.

Las organizaciones de defensa de los derechos humanos denuncian desde hace meses la represión contra los disidentes, simbolizada por la "masacre" del 21 de diciembre de 2015.

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