Como máximo responsable de la 'bonyad' (fundación) Astan Quds Razavi, Raisi ejerce una importante influencia en el desarrollo económico local de Irán, en especial en la ciudad de Mashhad, la segunda ciudad más poblada del país, y lugar donde se encuentra el santuario del Imán Reza, la mezquita más grande del Islam, gestionada por esta organización, que mueve anualmente miles de millones de dólares gracias a aportaciones.
Precisamente el alcalde de Mashhad, Sowlat Mortazavi, ha sido el responsable de anunciar este jueves durante un mítin político en Teherán la candidatura del clérigo, al que ha representado durante el evento, según ha informado este jueves la agencia oficial de noticias iraní, IRNA.
Raisi, de 52 años, aparece así en la luz pública internacional tras décadas de carrera en la Judicatura iraní, donde ha llegado a ejercer el cargo de fiscal general del país tras participar activamente en la represión contra los disidentes y movimientos de izquierda en el marco de la Revolución Islámica.
Como uno de los cuatro magistrados encargados de imponer la sharia, un jovencísimo Raisi ordenó la ejecución de decenas de críticos del régimen durante el verano de 1988, y el respeto que inspira entre el mando militar del país es absoluto, según expertos consultados por el diario británico 'The Guardian' en enero de este año, cuando Raisi sonaba como candidato a futuro líder supremo del país.
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