El primer ministro griego, Alexis Tsipras, realizó cambios en su gabinete este viernes con el fin de limar asperezas con los acreedores y tratar de mejorar su popularidad interna, que cae en picado en los sondeos.
El reajuste mantiene en su puesto al ministro de Finanzas, Euclide Tsakalotos, principal negociador con la UE y el FMI, bastante apreciado por estos últimos, así como a los ministros de Relaciones Exteriores, Nikos Kotzias, y de Defensa, Panos Kammenos.
Mientras que los acreedores del país lo presionan para que acelere las privatizaciones, Tsipras hizo entrar en el gobierno, en el puesto de secretario de Estado de Economía, al exdirigente de la Agencia Griega de Privatizaciones, Stergios Pitsiorlas.
Las otras principales carteras económicas, la de Economía y la de Trabajo, cambian de manos, pero sin que se prevea ninguna modificación en la línea política seguida hasta ahora.
Muy denostado ante la opinión pública por la impopular reforma de las pensiones que dirigió en primavera, Georges Katrougalos pasa de Trabajo al ministerio adjunto de Asuntos Europeos.
Su puesto será ocupado por su colaboradora, Efi Ahtsioglou, de tendrá que negociar con los acreedores la reforma del mercado de trabajo.
Entre las pocas caras nuevas del ejecutivo, el economista de izquierdas Dimitris Papadimitriou sucederá en el ministerio de Economía a Georges Stathakis, a quien se ha confiado la cartera de Medioambiente y Energía.
Muy criticado por las privatizaciones, el precedente titular de este puesto, Panayotis Skourletis, pasa a Interior.
El gran perdedor del reajuste es Nikos Filis, un 'apparatchik' del partido de izquierda radical en el poder, Syriza, apartado del ministerio de Educación tras haberse enfrentado a la influyente Iglesia ortodoxa.
En primera línea desde hace meses frente al aflujo migratorio, Yannis Mouzalas sube de escalafón y se sitúa al frente de un ministerio de Inmigración.
Mano derecha de Tsipras y exministro de Estado, Nikos Pappas, dirigirá a partir de ahora un nuevo ministerio para la política digital y los medios de comunicación, a pesar de que la justicia griega haya invalidado la reforma del audiovisual que orquestó.
El principal partido de la oposición, Nueva Democracia (ND, conservador), ironizó ante los cambios, refiriéndose a un "reajuste-reciclaje".
Llegado al poder en octubre de 2015, el equipo saliente perdió su popularidad al poner en marcha políticas de austeridad impuestas por los acreedores. Syriza va entre 5 y 10 puntos por detrás que ND en los recientes sondeos.
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